El calvario de levantarse en las madrugadas para recolectar agua durante 5 minutos y ceder el turno a los vecinos, está a punto de llegar a su fin con la puesta en marcha de un convenio solidario en la vereda Cristo Rey del corregimiento de Aguas Claras, comprensión rural del municipio de Ocaña.
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Estas comunidades vivían a la merced del apoyo del aeropuerto local para obtener el preciado líquido y mitigar la sed de más de 200 familias de la zona rural.
Bajo el esquema comunidad-gobierno se ejecuta la obra por un valor de $92 millones para la instalación de la tubería del acueducto y alcantarillado en el caserío.
“Inicialmente se logró la legalización de la Junta de Acción Comunal del populoso sector para acceder a los recursos de los convenios solidarios por concepto de saneamiento básico ambiental”, indicó la presidenta comunal Hilda María Carrascal Carreño.
La líder precisó que corresponden a la construcción de un pozo profundo e instalación de la tubería para la distribución del agua potable hacia las viviendas de las 217 familias asentadas en el lugar.