La cuenca hidrográfica del Tejo a través de la historia ha jugado un papel fundamental en el progreso y desarrollo socioeconómico en el municipio de Ocaña y urge su recuperación, según lo manifestado por el exalcalde Luis Eduardo Vergel Prada, quien promueve la creación de un parque temático lineal.
El afluente que atraviesa el Valle de los Hacaritamas de sur a norte ha sido epicentro del desenvolvimiento industrial con el molino de trigo de la época colonial, las fábricas de gaseosas, velas y jabones. Ahora se propone la creación de un centro cultural para recuperar la memoria histórica de la región.
“El ‘Ecomuseo’ del río Tejo, es un proyecto de tesis de maestría que, por las casualidades bonitas de la vida, armoniza con el proyecto del parque lineal que lidera y socializa Luis Eduardo Vergel Prada. A su vez está soportado en el componente ambiental del PBOT (Plan Básico de Ordenamiento Territorial) de Ocaña. Comprende la protección y difusión de los valores naturales (flora y fauna) e históricos, dentro de un tramo del afluente, vinculado al antiguo molino de trigo, donde se producía la harina, consumida por una parte de la sociedad colonial entre los siglos XVI y XVII”, señaló el arquitecto Alejandro Isahack Armesto Delgado.
A principios del siglo pasado fueron construidos unos baños públicos, utilizando el agua del cauce desviado del río Tejo, pues la gran mayoría de la población no contaba con servicio de acueducto, pero también se usaban como sitio de esparcimiento, pues los ciudadanos terminaron usando las chorreras que caían por gravedad para su esparcimiento mientras los padres esperaban pacientes el suculento sancocho mandado a preparar en leña en la casa del Molino que se encuentra en ruinas. Funcionaron como sitio de recreo hasta los años 80 del siglo pasado.
La recuperación ambiental
El economista Luis Eduardo Vergel Prada, insta a los dirigentes de la región a canalizar recursos para la recuperación del afluente hídrico y convertirlo en un lugar para el turismo ecológico.
“Se deben gestionar ante el gobierno municipal, departamental y Nacional los recursos necesarios para la adecuación de esos senderos sobre la ribera del afluente. Es una iniciativa estratégica, de impacto regional encaminada al desarrollo del municipio de Ocaña donde se articule en torno al río Tejo siendo fundamental el sector de turismo, aspecto que debe direccionarse en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT)”, recalcó el exmandatario.
El parque lineal del río Tejo tiene ejes articuladores para garantizar el recurso hídrico adquiriendo áreas estratégicas. “Recordemos que suministra agua de mejor calidad y contribuye con el 25% del recurso hídrico para el consumo de los ocañeros”, agregó Vergel.
Propone la descontaminación en su paso por la ciudad e incluye la construcción de una planta de aguas residuales para recuperar la fauna y flora alrededor de la vieja casona del molino para adecuar un museo.
También, mejorar la movilidad, recreación y paisajismo con ciclo vías, caminos peatonales, puentes y estructuras ecoturísticas. Además, fortalecer la economía campesina y las artesanías como parte del tejido social.
Asegura que el parque en torno al río será el articulador de la economía y del desarrollo municipal que integrará el equipamiento de entidades educativas, sociales, deportivas y la empresa privada, orientando el fortalecimiento del renglón turístico como generador potencial de nuevos ingresos para la población.
Ha corrido mucha agua
La Academia de Historia de Ocaña resalta la importancia del río Tejo en el desarrollo económico y social de la ciudad.
La vigía del patrimonio, Martha Pacheco García, indica que el afluente jugó papel trascendental durante la época de la colonia, porque con las aguas funcionó el molino para triturar trigo, base de la economía de la época.
Igualmente, en el sitio existía el pozo ‘El Trianón’ para el primer acueducto de la ciudad y de donde se extraía el agua para la fábrica de gaseosas ‘La Favorita’ durante la década de los 30.
También existieron los baños públicos donde la gente los domingos iba de paseo a principios del siglo pasado.
El surgimiento del barrio de La Playa o de La Costa, como se conoce hoy, va ligado al abastecimiento de agua potable que tenía como recurso al río Tejo, denominado “río Grande” en épocas antiguas. De hecho, el primer contrato para una obra civil en Ocaña, de que tengamos noticia, lo hizo don Gonzalo de Orta con el Cabildo local, para extraer agua del río y llevarla hasta la plaza principal, en 1575, según señaló la promotora cultural.
El recurso hídrico
El Tejo, denominado antiguamente río Grande, fue el recurso hídrico más importante de los ocañeros desde la fundación de la ciudad hasta bien entrada la década de 1960.
El afluente recorre la ciudad de sur a norte, y hoy presenta graves problemas de contaminación por vertimiento en su cauce de aguas residuales a partir del sector de La Pradera.
A su paso por el antiguo molino de trigo, el río Tejo permitió las operaciones de este emplazamiento productivo. En pasadas épocas, el Tejo contribuyó al establecimiento de las pequeñas industrias locales y el oficio de las famosas “lavanderas” que se distribuían en sus riberas.
Es de anotar que el 17 de agosto de 1576 se suscribió un contrato entre Gonzalo de Orta y el Cabildo de Ocaña en el cual “el primero se comprometía a sacar agua del río Tejo y meterla en la plaza (sic) de esta ciudad…” Tal documento se encuentra el Archivo Histórico de Ocaña.