Ante la carencia de una política de salvaguarda en los picos de las cosechas, productores de cebolla de la provincia de Ocaña, se irán a paro a partir del próximo lunes, para exigir el cumplimiento de las mesas de negociaciones adelantadas a principios de año.
Los campesinos reportan grandes pérdidas económicas debido a la llegada del producto peruano a las plazas de mercado, abocándolos a una profunda crisis económica.
La carga está a $60.000, cuando los costos de producción superan los $180.000, lo cual repercute en la estabilidad de más de 7.000 familias que subsisten de ese renglón de la economía regional.
El presidente de la Asociación de municipios de la provincia de Ocaña, sur del Cesar y zona del Catatumbo, Emiro Cañizares, adelanta las gestiones a nivel nacional para evitar la parálisis que afecta a los pequeños productores.
Por su parte, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ocaña, Fabio Rincón, viene haciendo un acompañamiento al gremio para conjurar la crisis y espera concretar las iniciativas con las entidades del orden nacional.
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“Son actores importantes en la economía de la región. Nosotros con la Agencia de Desarrollo Rural hemos traído a Luis Higuera para ofrecer los incentivos a las asociaciones de cultivadores de cebolla. Haremos todo lo posible para generar los diálogos con el nivel central y encontrar las soluciones pertinentes”, dijo.
“No más pendejadas”
El alcalde de Ocaña lamentó el cambio del ministro de Comercio, Germán Umaña, quien estaba empeñado en solucionar la situación y dijo que le corresponde al sucesor Luis Carlos Reyes retomar el tema para evitar traumatismos.
Al respecto, el mandatario hizo una sugerencia: “no más acuerdos para recibir ayudas individuales. Con todo el respeto lo digo, desde la década de los 80 venimos recibiendo mercados, pendejadas, un bulto de urea, van a invertir una plata que no sirve. Lo único que reclama el campesino es que la cebolla esté por encima de $200.000 la carga. El problema no se soluciona con una guadaña, una fumigadora o un bulto de gallinaza”.
Incumplimiento de los acuerdos
El cultivador Miguel Humberto García denunció el incumplimiento de todos los acuerdos suscritos, lo que llevó a los campesinos a perder el patrimonio económico.
“Existe una crisis muy fuerte en la región, ya que los costos de producción de una carga oscilan entre los $160 a $200.000, dependiendo la distancia. El precio estable para el sustento del hogar, pagar insumos, transportes y los gastos de la canasta familiar se calcula entre los $350 a $400.000”, reiteró.
Extrañan el silencio del Ministerio de Agricultura, cuyos funcionarios se habían comprometido con estrechar lazos de comercialización con centrales de abastos del país.
“De lo pactado en la mesa de negociación no se le ha dado cumplimiento absolutamente a nada, entonces, hay indignación en el gremio debido a los oídos sordos de los representantes de las instituciones”, dijo García, al reclamar garantías en la producción y la venta a un precio justo.
Exige frenar la importación declarando la salvaguarda en los picos de cosecha. “Las plazas de mercado están inundadas de la cebolla peruana, el comercio de criolla está paralizado debido a la falta de controles en zona de frontera”, recalcó.
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Al gobierno departamental solicitan el cumplimiento de la palabra empeñada por el gobernador William Villamizar durante las mesas de negociación para la adecuación del centro de acopio en Ocaña, instalar una planta para industrializar la cebolla a través de secado y deshidratación para competir con productos importados.
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