La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Ocaña
Impacto de la pandemia en la educación superior en Ocaña
Unos 3.600 estudiantes son de los distintos puntos cardinales del país. Los padres de familia hacen cuentas.
Authored by
Image
Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Martes, 8 de Febrero de 2022

La seccional de la Universidad Francisco de Paula Santander, Ocaña, adelanta un estudio sobre el impacto de la pandemia en la educación superior en esta zona del país.


Apoya a La Opinión haciendo clic aquí: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Los padres de familia deberán ajustar sus finanzas para el retorno de los estudiantes a las aulas de clases, pues están obligados a pagar hospedaje, manutención, transporte, lavado, planchado de ropa y otros gastos de la vida universitaria.

Una de las preocupaciones es el canon de arrendamiento con respecto al índice de precios al consumidor que supera el 5% debido a la recesión económica ocasionada por la pandemia.


Lea además: Ocaña padece hacinamiento escolar


 

El director del alma máter, magíster Édgar Antonio Sánchez Ortiz explica que de los 6 mil estudiantes de pregrado y 250 de postgrado, el 60 por ciento, unos 3.600, son de los distintos puntos cardinales del país, quienes además de la comida deben alquilar habitaciones con todas las condiciones tecnológicas para garantizar el avance en los procesos académicos. 
 

Estudiantes dispuestos a la transición entre la virtualidad y la presencialidad.
Papel y lápiz 

El matemático acudió a los números para analizar los efectos de la pandemia y el impacto del regreso a clases de manera presencial al campus universitario.

“Antes se gastaba un promedio de 700 mil pesos con el pago de la habitación, las tres raciones, servicios básicos domiciliarios y las conexiones tecnológicas para avanzar en los programas, ahora se requiere entre 900 mil a un millón de pesos de acuerdo a los cálculos”, agregó.

Lo anterior sin contar el transporte urbano de pasajeros hasta la granja donde funciona la universidad. “Solamente el 15 por ciento tiene una motocicleta o carro y el resto debe solventar esa necesidad”, reiteró.

Asegura que se mueven entre cinco a seis mil millones de pesos mensuales sin incluir a los estudiantes de los municipios circunvecinos como Ábrego, La Playa de Belén, Río de Oro y González, estos dos últimos del departamento del Cesar quienes van y vuelven.

Sánchez indicó que la reactivación económica apenas comienza, ya que la pandemia incidió en todos los procesos, lo que desborda la oferta y la demanda. 

El incremento en los precios de los productos de la canasta familiar, aparatos electrónicos y en el sector de la construcción son factores determinantes para la estadía de los estudiantes. 

Aplicando los lineamientos del Gobierno Nacional se entregaron los beneficios de la gratuidad en la educación, donde los estudiantes únicamente deben pagar 52 mil pesos de matrícula para otros gastos. 

Asimismo, los subsidios del programa Jóvenes en Acción que favorece a un 82 por ciento de la población universitaria.


Lea además: Reubicados niños de la anexa a la Normal Superior de Ocaña


 

“Aparte de esos incentivos, la oficina de Bienestar de la seccional en Ocaña a partir del primero de marzo decretará la reducción de los precios en los desayunos, almuerzos y comidas a 2 mil pesos, ya que se aprovecha la producción de verduras, cárnicos y lácteos de la misma granja de la universidad, así los jóvenes pueden disponer de ahorros para las copias y otros gastos atinentes a la academia”, mencionó el director.
 

Las directivas adoptan estrategias para el retorno seguro a clases.
Recesión económica 

El arquitecto Iván Cabrales Angarita, especialista en finca raíz manifiesta que el arrendamiento de inmuebles ha sufrido un incremento considerable debido a la recesión económica, lo que incide en el bolsillo de los padres de familia que envían a los hijos a continuar con los estudios superiores.

La ley 820 del 10 de julio de 2003 establece el régimen de arrendamiento de vivienda urbana con el Índice de Precios al Consumidor del Banco de la República del año inmediatamente anterior. En tal sentido para el 2021 es de 5,62 por ciento que se pueden subir a los arriendos. 


Lea además: Rectores exponen necesidades a las autoridades educativas


 

“El paro, los fenómenos naturales y la pandemia elevó el costo de vida y repercutió en los arriendos. Aquel que pagaba 450 deberá cancelar 500 mil pesos por una casa o habitación, todo depende del avalúo catastral. Sin embargo, los padres de familia pueden concertar un precio que no afecte ambas partes”, recalcó.
 

Todo se encuentra listo en la granja de la universidad para recibir a los estudiantes.
 
Consejo superior estudiantil pendiente 

El presidente de Consejo Superior Estudiantil de la universidad, Cristian Jiménez Arévalo, hace el acompañamiento al retorno seguro a las aulas de clases.

“Estamos pendientes de la dinámica socioeconómica y académica, ya que el 60 por ciento de la población universitaria, unos 3.700 estudiantes vienen de otras regiones, lo que mueve una cifra cercana a los 25 mil millones de pesos en el semestre”, indicó.

El líder estudiantil califica como complejo el proceso de transición entre la virtualidad y la presencialidad debido al impacto económico para las familias. 


Lea además: Caracterizan para asignar cupos escolares en Ocaña

“El reto es bastante grande, porque a pesar de los alivios y subsidios otorgados en la educación superior, el arriendo no se baja de 500 mil pesos mensuales, a eso se le debe sumar la comida, el transporte y el servicio de internet”, recalcó.

En camino está despejado para el retorno a las aulas de clases.
El punto de vista de los estudiantes 

A pesar del impacto económico a nivel familiar, existen grandes expectativas por el reencuentro con los compañeros de estudio y especialmente para cursar las materias prácticas.

“Con la virtualidad aprendimos mucho para manejar las redes sociales, pero es hora de retornar y miramos ese regreso no como un gasto, sino una inversión que vale la pena hacer. Cuando nos matriculamos sabíamos que era presencial y nuestros padres hacen ajuste a los presupuestos para volver”, dijo la estudiante Shelymar Riquett Regino.

José Carlos Vides Avendaño manifiesta que pese al trabajo que desarrolló durante la pandemia en su pueblo, es consciente que debe regresar. “Nosotros estamos estudiando una carrera presencial, se dio la coyuntura, pero debemos continuar el proceso”, recalcó.

Sacha Mileidy Mora Gómez reconoce el esfuerzo extra de sus padres para pagar los costos de la carrera, pero considera que es fundamental la práctica. “Obviamente vamos a tener más gastos, pero es difícil aprender desde la distancia. Espero un alivio con los pasajes ya que debo ir mañana y tarde”, expresó.

Ángel David Deleón Navarro manifiesta que en parte se redujeron los gastos durante la pandemia, pero es importante la salud mental y el encierro le generó ansiedad e insomnio. “El trabajo de campo es esencial para un comunicador social y la cátedra desde un dispositivo no es buena”, agregó.

La estudiante de octavo semestre de Comunicación Social, Deiluz Alejandra Calderón Castrellón indica que los primeros días de marzo del 2020, cuándo en todos los noticieros empezaban a mostrar indicios de una pandemia que sin pensarlo cambiaría la vida a diversas familias.

“Fueron momentos difíciles especialmente para los pequeños comerciantes, quienes tuvieron que cerrar sus negocios sin saber fecha de apertura y para aquellos que perdieron seres queridos. La pandemia trajo consigo ruinas, miseria, dolor, tristeza, nos cambió la rutina diaria y nos puso a interactuar por medio de una pantalla, las pocas veces que se podía salir era como un espacio en el que se recordaba que en vez de militares y policías en las esquinas antes había vendedores y libre circulación de personas”, dijo. 


Lea además: En Ocaña, la universidad llega a docentes indígenas Barí

 

Agregó además que, “ya casi hace 2 años desde aquel día que la humanidad se vio obligada a quedarse en casa dejando su lugar de trabajo estudio y diversión, nuevamente volvemos a las calles, abren universidades, colegios, negocios y todos esos sitios que se han extrañado. Luego de 23 meses de un sinnúmero de restricciones nos toca iniciar de nuevo, es un poco duro, a nivel mundial hay crisis económica, a muchos les tocó emprender con el fin de poder sobrevivir, aumentaron los gastos y la mayor parte del país sigue sin una estabilidad económica, pero hay vida, aprendizajes obtenidos mientras estábamos encerrados y lo más importante, las ganas de luchar por eso que tanto hemos soñado”, puntualizó.

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día