Profesionales del hospital regional Emiro Quintero Cañizares ya no aguantan más dilación por el incumplimiento de los pagos de sus salarios y emolumentos. Este fin de semana anunciaron que se mantendrán en asambleas permanentes.
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Solicitaron a la Superintendencia Nacional de Salud interceder para el pago de la mesada de diciembre y recargos, ya que se han registrado traumatismos en el desembolso de esos recursos.
Señalaron que el remedio ha sido peor que la misma enfermedad, ya que no se ha avanzado con los hallazgos y se nota un retroceso con el cambio intempestivo del agente interventor.
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Los servicios básicos de urgencias no son suspendidos en el centro asistencial, indicaron los especialistas.
Tercerización de los servicios
El aspecto neurálgico radica con la firma Cormedes, la encargada de contratar al personal asistencial del hospital de Ocaña, que no cumple a tiempo con el personal vinculado.
“Ahora quieren de manera inconsulta reducir los ingresos de los médicos especialistas que trabajan por eventos para pagar el sueldo a las enfermeras. “Aparte de la demora se suma el malestar generalizado de todos los profesionales de la salud por medidas arbitrarias y no se tiene en cuenta nuestras opiniones”, indicó el analista del laboratorio clínico Albert Rodríguez.
Censuran el papel del sindicato que no defiende los intereses de la clase trabajadora y acolita los atropellos cometidos por los políticos de turno.
Asimismo, denunciaron presiones de los dirigentes de la región para votar por determinados candidatos y así mantener la estabilidad laboral. “Los que vienen de otros lugares llegan a cumplir con una función y no conocen a fondo los problemas del centro asistencial. Liquidar al hospital es lo más fácil, nos duele mucho, se acaba el Emiro y arrancan desde cero con una nueva estructura, somos víctimas de la Supersalud, todos tuvimos esperanzas de un cambio”, indicó el microbiólogo.
Recordó que el anterior interventor, Yamil Blel, los reunió en Anthoc e indicó que estaba prohibida la tercerización. “Dijo que nos iba a ayudar, lo aplaudimos como nunca los especialistas de laboratorio, por fin nos iban a pagar recargos nocturnos, personas que llevan 25 años iban a recibir primas y cesantías, pero llegó Cormedes, una empresa investigada y frustró esos sueños”, agregó.
El interventor afirmó que no iba a pasar, pero “somos víctimas de esos malos manejos y nosotros vamos a pagar los platos rotos”. Manifestó que se fueron a las medidas de hecho debido a los inconvenientes tenidos con el contratista Cormedes, empresa que los subcontrata para prestar todos los servicios asistenciales en el hospital. Se han incumplido los contratos, no pagan desde el mes de diciembre, tampoco la liquidación de contratos pasados, se vincula por días y semanas que no da garantías laborales, estamos cansados de la tercerización con una empresa cuestionada en varios lugares del país por incumplimiento”, agregó.
Señalaron que en este momento álgido de COVID se requieren condiciones laborables estables. Las otras cooperativas de servicios generales y administrativos al parecer no han tenido esos problemas porque han pagado oportunamente.
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Cormedes maneja todos los aspectos de médicos, ginecólogos bacteriólogos, auxiliares y odontólogos entre otros. “Exigimos garantías de contratos estables y no de días, además de los derechos laborales”, recalcó.
Rumbo a la liquidación
El médico ginecólogo Juan Pablo Amaya manifestó que al hospital de Ocaña lo van a liquidar con esos procedimientos.
“Pensábamos que cuando llegó la Supersalud iba a mejorar esto, pero parece que fue peor el remedio que la enfermedad. Se hizo un reajuste a las condiciones laborales en algunas cosas, pero ya no las están incumpliendo. A veces no hay insumos, ayer no podía operar una paciente porque no había unas suturas, no sé qué está pasando, lo están politizando, se lo están llevando, se lo están robando y el problema es para toda la comunidad de la provincia de Ocaña, Catatumbo y el sur del Cesar. El área de influencia es de 400 mil personas, que se van a quedar sin hospital, y todo por unas políticas que nosotros no entendemos, lo van a liquidar”, exclamó.
Los protestantes no entienden dónde está la dirigencia política de Ocaña y del Norte de Santander que no ayuda a resolver la situación. “Lo que están haciendo es peor, sacando partido, dónde está el sindicato del hospital que no se hace presente, a apoyarnos en la lucha”, reclamó el profesional.
“Que este hospital ha sido político sí señor, porque nosotros hemos sido los culpables apoyando en las elecciones a esos personajes que nos han robado. Lo mejor que puede pasar para este hospital, es que se cree la planta de personal para que se acaben estas cooperativas que han robado por años a nuestros compañeros.
Juan Pablo Amaya le ripostó que porque eso no lo denunció hace 4 meses cuando aplaudía siempre. “Nosotros hace un año pedimos ingreso al sindicato y no nos permitió entrar, si estuviéramos todos, fuera un sindicato más robusto y podíamos trabajar mejor por el hospital”, recalcó.
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El pediatra José Luis Wilches solicitó la creación de una planta de personal con un pago digno y no con salarios irrisorios. Estamos luchando por un contrato digno, porque de medio mes, al otro día te pueden echar, no hay estabilidad laboral todos estamos aquí por la necesidad, tenemos hijos, pagamos arriendos y diferentes obligaciones, son contratos en el aire”, recalcó.
Los trabajadores en pie de lucha sueñan con la posibilidad de contar con tercer nivel de complejidad donde se contrate a personal idóneo para evitar el traslado de pacientes a Cúcuta y Bucaramanga.
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