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Ocaña
Santuario del Agua de la Virgen reabre las puertas en Ocaña
Peregrinos suben a la montaña a elevar las plegarias a la patrona para que interceda por la salud y la convivencia pacífica de los pueblos.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Miércoles, 18 de Agosto de 2021

Año y medio después de cerrar las puertas por razones de la pandemia, el pasado fin de semana en el marco de la celebración de las fiestas patronales, se ordenó la reapertura del Santuario del Agua de la Virgen de la Torcoroma en Ocaña.

Feligreses de distintos rincones del país inician la travesía por carretera y luego toman el camino peatonal hasta llegar a lo alto de la montaña para pagar una promesa por un favor recibido, la paz mundial o la recuperación de la salud perdida de un ser querido.

A diferencia de otras épocas en las que se observaba un ‘río humano’, se reguló el ingreso a la capilla construida en el sitio donde apareció la imagen a tres campesinos, el 16 de agosto de 1711, en instantes cuando cortaban un árbol para hacer un dornajo y batir el dulce, según vestigios históricos.

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El obispo de la diócesis de Ocaña, monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, conjuntamente con el rector del Santuario, presbítero Carlos Castro Lanzziano, logró el aval de las autoridades para facilitar el ingreso de los devotos, previo cumplimiento de los elementos mínimos de bioseguridad.

“La virgen María, bajo la advocación de la Torcoroma, intercede por todo el mundo en tiempos difíciles, debemos hacer esa cadena de oración por la paz y la salud sin descuidar las condiciones sanitarias porque el virus aún no se ha ido”, recalcó el prelado de la iglesia católica.

Por su parte el rector del Santuario, Monseñor Carlos Castro Lanzziano, instó a los peregrinos a cumplir al pie de la letra los protocolos de bioseguridad. “Es un plan piloto avalado por las autoridades que pone a prueba la disciplina de los visitantes. El llamado es que sigan las recomendaciones para evitar restricciones posteriores”, recalcó.

En efecto, la diócesis de Ocaña ha dispuesto de gel anti-bacterial a la entrada del templo, el lavado de manos con el agua que brota desde la montaña, la asepsia, el aforo con el distanciamiento social en cada banca y el uso permanente del tapabocas, indicó el párroco de la catedral, Enrique Ríos Pallares.
 
 

Santuario del Agua de la Virgen.

Una nueva imagen 

La pandemia fue aprovechada por el rector del Santuario, monseñor Castro, con el fin de remodelar el lugar santo, propicio para la veneración de la patrona.

Con la ayuda de feligreses de otras regiones del país se adelantó la restauración de los pisos y el altar del templo con la instalación de apliques en hierro fundido, lámparas que iluminan el sagrario donde aparece una réplica de la imagen tallada en madera, para connotar el significado de la virgen morena.

“Al igual que muchos lugares santos a nivel internacional se recibe al peregrino para rezar y no pasear a la mascota o hacer deporte, debemos dar la importancia a ese sitio, cuidarlo porque es un templo donde se respira la bendición de Dios”, agregó. 
 
                

Santuario del Agua de la Virgen.

 

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Turismo religioso 

Miles de personas procedentes de distintas latitudes colombianas e incluso delegaciones internacionales llegan hasta el santuario para apreciar los atractivos de la naturaleza y de paso el reencuentro espiritual.

Las amas de casa preparan los tamales y las arepas para ofrecer a los comensales, los vendedores de estampitas se ubican en el camino peatonal y los transportadores agradecen al alto prelado de la iglesia católica esa decisión encaminada a la reactivación económica ya que estaban atravesando por una difícil situación durante la pandemia.

Los turistas toman fotografías, graban videos, adquieren los suvenires para connotar el inolvidable peregrinar por los senderos marianos en donde la virgen apareció a unos humildes campesinos hace 310 años.

Una tradición que brota por los poros de los habitantes de la región, indica el presidente de la Academia de historia Luis Eduardo Páez García.

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