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Así como el intendente de la Policía Danny Alfonso Ballesteros Pacheco
aceptó los cargos y fue condenado a 10 años de prisión por colaborar
para los Urabeños, tres hombres, detenidos en la misma operación,
tomaron igual camino y se acogieron a sentencia anticipada.~
Así como el intendente de la Policía Danny Alfonso Ballesteros Pacheco aceptó los cargos y fue condenado a 10 años de prisión por colaborar para los Urabeños, tres hombres, detenidos en la misma operación, tomaron igual camino y se acogieron a sentencia anticipada.
Ballesteros Pacheco fue capturado junto a un grupo de siete hombres, dos mujeres y un menor de edad, el 24 de agosto de 2013 tras un allanamiento ordenado por la Fiscalía a una vivienda, ubicada en la avenida 25 con calle 24 de Barrio Nuevo.
En dicho predio, personal de la Unidad Investigativa contra las Bandas Criminales de la Sijín, se incautaron de dos granadas de fragmentación IM26, una pistola marca Zamorana, calibre 9 milímetros, con un proveedor con 15 cartuchos, 458 cartuchos para fusil calibre 556 y un revólver Smith & Wesson calibre 38 con 5 cartuchos. Además de varios equipos de comunicación, marihuana e inmovilizaron tres motocicletas.
Las autoridades también les hallaron material alusivo a las Autodefensas Gaitanistas y un Blackberry en el que aparecía el policía entre uno de los contactos, quien posteriormente fue detenido en el barrio Cundinamarca. Ninguno de los capturados se responsabilizó por el material decomisado.
Para entonces, el coronel Carlos Ernesto Rodríguez, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, informó que los aprehendidos fueron ubicados tras recibir información por una fuente humana sobre la presencia de Urabeños en esa casa donde planeaban acciones ilícitas.
“Los detenidos se dedicarían a la microextorsión, homicidios y tráfico de sustancias estupefacientes en Los Patios y en diferentes sectores de la comuna 9 de Cúcuta… Se tenía información de la presencia en este lugar de integrantes de la banda criminal, quienes se reunirían para planear la ejecución de actividades ilícitas, así como para almacenar material de guerra de la estructura criminal”, señaló el coronel Rodríguez.
Desde entonces, el Juzgado Segundo Penal Municipal les impuso medida de aseguramiento en prisión mientras avanzaba el proceso en su contra.
El primero en allanarse a los cargos fue Ballesteros Pacheco, quien trabajaba en el Centro Automático de Despacho (CAD) de la Policía Metropolitana, siendo condenado el 7 de mayo de 2014.
En vista del contundente material probatorio con que contaba la Fiscalía, sumado a las capturas en flagrancia, los tres hombres también firmaron un preacuerdo con la Fiscalía 69 especializada contra bandas criminales a cambio de recibir una rebaja en la pena.
Se trata de Douglas Renán Vega Mosquera, de 31 años, Douglas, de Bucaramanga, quien sería el cabecilla en el municipio de Los Patios; Jhon Sebastián Quintero Sanabria, de 20, natural de Bucaramanga, y Néstor Rivera Pabón, de 28, cabecilla en la zona de Belén de Cúcuta.
Tras aceptar el preacuerdo, un juzgado especializado de Cúcuta los condenó a 12 años y 3 meses de prisión por los delitos de fabricación, porte de armas y municiones de uso restringido de las Fuerza Armadas o explosivos, porte ilegal de armas de uso personal, porte de estupefacientes y concierto para delinquir agravado.
Ninguno recibió los beneficios de suspensión condicional de la ejecución de la pena o la prisión domiciliaria.


Ballesteros Pacheco fue capturado junto a un grupo de siete hombres, dos mujeres y un menor de edad, el 24 de agosto de 2013 tras un allanamiento ordenado por la Fiscalía a una vivienda, ubicada en la avenida 25 con calle 24 de Barrio Nuevo.
En dicho predio, personal de la Unidad Investigativa contra las Bandas Criminales de la Sijín, se incautaron de dos granadas de fragmentación IM26, una pistola marca Zamorana, calibre 9 milímetros, con un proveedor con 15 cartuchos, 458 cartuchos para fusil calibre 556 y un revólver Smith & Wesson calibre 38 con 5 cartuchos. Además de varios equipos de comunicación, marihuana e inmovilizaron tres motocicletas.
Las autoridades también les hallaron material alusivo a las Autodefensas Gaitanistas y un Blackberry en el que aparecía el policía entre uno de los contactos, quien posteriormente fue detenido en el barrio Cundinamarca. Ninguno de los capturados se responsabilizó por el material decomisado.
Para entonces, el coronel Carlos Ernesto Rodríguez, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, informó que los aprehendidos fueron ubicados tras recibir información por una fuente humana sobre la presencia de Urabeños en esa casa donde planeaban acciones ilícitas.
“Los detenidos se dedicarían a la microextorsión, homicidios y tráfico de sustancias estupefacientes en Los Patios y en diferentes sectores de la comuna 9 de Cúcuta… Se tenía información de la presencia en este lugar de integrantes de la banda criminal, quienes se reunirían para planear la ejecución de actividades ilícitas, así como para almacenar material de guerra de la estructura criminal”, señaló el coronel Rodríguez.
Desde entonces, el Juzgado Segundo Penal Municipal les impuso medida de aseguramiento en prisión mientras avanzaba el proceso en su contra.
Preacuerdos
El primero en allanarse a los cargos fue Ballesteros Pacheco, quien trabajaba en el Centro Automático de Despacho (CAD) de la Policía Metropolitana, siendo condenado el 7 de mayo de 2014.
En vista del contundente material probatorio con que contaba la Fiscalía, sumado a las capturas en flagrancia, los tres hombres también firmaron un preacuerdo con la Fiscalía 69 especializada contra bandas criminales a cambio de recibir una rebaja en la pena.
Se trata de Douglas Renán Vega Mosquera, de 31 años, Douglas, de Bucaramanga, quien sería el cabecilla en el municipio de Los Patios; Jhon Sebastián Quintero Sanabria, de 20, natural de Bucaramanga, y Néstor Rivera Pabón, de 28, cabecilla en la zona de Belén de Cúcuta.
Tras aceptar el preacuerdo, un juzgado especializado de Cúcuta los condenó a 12 años y 3 meses de prisión por los delitos de fabricación, porte de armas y municiones de uso restringido de las Fuerza Armadas o explosivos, porte ilegal de armas de uso personal, porte de estupefacientes y concierto para delinquir agravado.
Ninguno recibió los beneficios de suspensión condicional de la ejecución de la pena o la prisión domiciliaria.