El pasado viernes más de 150 altos funcionarios de la administración de Gustavo Petro se dieron cita en la legendaria hacienda de Hato Grande, al norte de Bogotá. La razón: ultimar la lista de los hechos concretos que se tendrán para mostrar el 15 de noviembre, cuando se llegue a los primeros cien días de gobierno.
En la agenda de esos hechos hay muchos aciertos, incluso los primeros pasos para ir cumpliendo anuncios de la campaña presidencial, pero también analizaron los desaciertos, que se fundamental en la mala comunicación, para lo cual ya se empezó a tener una solución: la creación de la figura del vocero de gobierno.
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El propio presidente Petro es quien se puso al frente para empezar a tener hechos de gobierno, por eso hace poco menos de dos meses, en el primer encuentro de gobierno, se definieron los temas prioritarios con los cuales esperaban presentar ya con hechos el primer balance de gestión, los cien días.
Un primer tema fue el de tierras, para lo cual se trabajó en varios frentes. Uno, empezar a crear la reforma agraria de su gobierno, para lo cual se radicó una reforma constitucional, con el fin de crear una justicia especial agraria y una más para considerar al campesino como sujeto de derechos.
Lo segundo realizado sobre tierras, y tal vez lo más importante, es el acuerdo al que se llegó con el gremio de los ganaderos, Fedegán, para poder llegar al cierre del gobierno a la compra de, al menos, tres millones de hectáreas para entregársela a los campesinos más pobres.
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En el entretanto de empezar a ejecutar el acuerdo y de tener los recursos, Petro dispuso de una forma alterna de empezar a cumplir esa promesa de campaña: la entrega de cerca de 550 hectáreas que le fueron incautadas en su momento al paramilitar Carlos Castaña, la Hacienda Támesis, cerca de Montería, Córdoba.
Petro, además, con ese hecho de dar a los campesinos las tierras de los narcos o los paras que han sido incautadas, abrió una investigación profunda al manejo que se le ha dado a la Sociedad de Activos Especiales (SAE), para lo cual puso en su dirección a uno de sus principales alfiles, José Daniel Rojas.
También por asuntos de tierras mal manejadas, y que son del Estado, Petro pidió hacer una investigación profunda sobre irregularidades en la Unidad Nacional de Víctimas, la cual está bajo la tutela de Patricia Tobón, una mujer muy cercana al mandatario.
El presidente presentará también entre sus logros la atención a los más pobres, para lo cual tuvo en la crisis de la ola invernal, que ha tenido que atender de forma urgente, el escenario perfecto para cumplir con otra promesa de campaña, entregar un subsidio de 500.000 pesos a los más pobres.
El dinero, que serán al menos 2,2 billones de pesos que se destinarán para lo que queda de 2022, atenderá a unas 400.000 mujeres cabeza de hogar que están en condición vulnerable. Ese subsidio no será manejado por Prosperidad Social, sino que lo hará la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, en donde también Petro nombró a otra persona clave para él, Javier Pava, quien lo acompañó en esa misma labor, pero cuando fue Alcalde de Bogotá.
Con planes piloto que ya están en marcha, el presidente igualmente mostrará como gestión de los primeros cien días los programa de ‘Cambia mi casa’ y ‘Tu programa preventivo y predictivo de salud’.
El primero, le llevará mejoramientos de vivienda a los más pobres, y el segundo, que arrancó en la tierra del nobel Gabriel García Márquez, Aracataca, Magdalena, es el modelo de salud que tuvo en Bogotá cuando fue alcalde, con el cual llevaba la atención médica a la casa de los más pobres, con la asistencia incluso de especialistas.
Las reformas claves
Pero sin duda, Petro mostrará como uno de sus grandes logros de gobierno la aprobación de las dos leyes más fundamentales para que pudiera arrancar su administración: la reforma tributaria y la reforma a la ley de orden público o la llamada Ley de Paz Total.
Con la reforma tributaria, Petro logró imponer nuevos tributos al sector petrolero y minero, además de cientos de proyectos que permitirán crear los llamados impuestos saludables, que permitirán gravar las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados.
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Con el dinero de la reforma, que serán al menos 19 billones, el jefe de Estado podrá financiar programas en educación, agua y alcantarillado, y un modelo de sistema de créditos a bajo interés desde el Banco Agrario, para los más pobres.
La otra norma legislativa, la Ley de Paz Total, le da el andamiaje a su gobierno para poder realizar los diálogos de paz con grupos guerrilleros como el ELN, y también tener la base para abrir el camino a los procesos de sometimiento con grupos como las disidencias, los narcotraficantes y sectores paramilitares que están conformados en distintas estructuras.
Esa ley es, además, la forma como Petro está justificando su idea de la paz total, la política de diálogo que espera tener con todos los sectores y eso lo ha hecho desde el comienzo de su gobierno, atendiendo los reclamos de sectores sociales, pero también para atender solicitudes de diálogo o sometimiento de sectores ilegales, entre ellos excapos del paramilitarismo como Salvatore Mancuso.
También en temas de paz, Petro ya tiene para mostrar que el proceso con el ELN se desempantanó y está próximo a retomarse, en donde tiene un aliado fundamental para que los diálogos puedan fluir similar a como pasó con las Farc en el gobierno de Juan Manuel Santos, el gobierno de Venezuela.
Petro retomó las relaciones con Nicolás Maduro, en medio de las críticas que le surgieron, pero también con un amplio apoyo, porque se pueden volver a normalizar la relación con el vecino más importante que tiene Colombia.
Los lunares
Así como se tienen aciertos en los primeros cien días, Petro sabe que hay varios errores que ya le han marcado su gobierno y que han afectado, en especial, el sector económico, tal vez, como él mismo lo señaló, por problemas de mala comunicación.
Buena parte de esos problemas han sido provocados por la inexperta ministra de Minas, Irene Vélez, quien, si bien conoce el sector, no ha sido la más diplomática para pronunciarse sobre temas relacionados con la explotación y exploración minera, el franking y la compleja teoría del decrecimiento, todo esto juntos a duros desplantes a los medios de comunicación y a la clase política, que la tienen en capilla para una moción de censura en la Cámara de Representantes.
Pero las malas salidas no han sido sólo de la ministra Vélez, igualmente lo han hecho ministras como la de Salud, Carolina Corcho; y la ministra de Cultura, Patricia Ariza, quienes han hablado sobre sus sectores y los cambios que se prevén.
Y aunque fue sorpresivo para Prada la designación del mandatario nacional como el vocero presidencial, esa labor no le es desconocida, ya la había hecho cuando fue el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, en el mandato de Juan Manuel Santos.
Lo que hará Prada, según Petro, será el de interlocutor del Gobierno para contar los diversos temas de la administración, lo cual no significa que los diversos ministros dejarán de hablar, pero si advirtió que en los próximos días se definirá en qué momentos lo podrán hacer.
Aunque se presentarán como hechos reales más de 15 logros en los primeros cien días, la verdad es que el gobierno Petro apenas está despegando y su real balance tan sólo se podrá hacer hasta agosto de 2023, cuando lleve un año y sus promesas de campaña ya pueden ser medibles.
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