En el Congreso de la República se estudia, una vez más, un proyecto que busca que los senadores y representantes a la Cámara puedan dar el salto de un partido a otro sin correr el riesgo de perder la curul o ser demandados por doble militancia, para las elecciones del 2026.
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El llamado transfuguismo, que ya surtió el primero de ocho debates en la Comisión Primera del Senado, plantea que los legisladores podrán, por una sola vez en el periodo para el cual fueron elegidos y hasta un mes antes del día de las inscripciones para las siguientes elecciones, renunciar al partido o al grupo significativo de ciudadanos al que pertenecen en ese momento, sin tener que apartarse del escaño que ocupan.
En vista de la prisa que pareciera tener el Congreso por sacar adelante la iniciativa, especialmente la bancada del Pacto Histórico que está buscando qué hacer para los próximos comicios y de qué forma pueden llegar consolidados como un partido único y fuerte, la Misión de Observación Electoral (MOE) lanzó una alerta frente a la inconveniencia que representa este acto legislativo para el sistema político colombiano y por eso pidió el archivo del mismo.
Alejandra Barrios, directora de la veeduría electoral, fue enfática en señalar que esta reforma no solo contradice el espíritu de la Constitución de 1991, sino que mina la confianza de quienes votaron por esos congresistas que cambiarían de partido en un mismo periodo.
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“Es una propuesta absolutamente irresponsable que lo único que deja ver es cómo (los legisladores) logran cambiarse entre los 32 partidos políticos que hoy tienen personería jurídica en Colombia, para reorganizarse para las próximas elecciones. Pero no solamente eso, sino que también amplía el porcentaje de las coaliciones”, cuestionó Barrios.
Con relación a este último aspecto, la directora de la Misión de Observación reprochó que la propuesta que se tramita en el Senado y que está lista para ser discutida en plenaria, en lugar de reglamentar las coaliciones, lo que termina haciendo es ampliar el porcentaje sobre el cual podrían hacer alianzas las diferentes organizaciones políticas y con ello asegurar que puedan tener personería jurídica, financiación y acceso a los medios de comunicación.
Y es que, según la MOE, en el proyecto se elimina el límite de votación del 15% que pueden sumar los partidos que quieran conformar coaliciones en las corporaciones públicas, exige la presentación de listas completas de candidatos y establece la fusión automática de partidos y movimientos coaligados en elecciones al Congreso si superan el umbral para obtener personería jurídica.
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“En lugar de fortalecer a las organizaciones políticas, lo que están permitiendo aquí es el paseo, la puerta giratoria de una organización política a otra, de acuerdo a la conveniencia política, si está en alza la imagen de una organización política, si aparece otra que es más conveniente o si ofrecen mejores recursos para financiar la campaña. Es decir, lo que terminan no solo es mercantilizando el ejercicio de la representación política, sino que defrauda la voluntad de los ciudadanos que votaron por cierto candidato”, lamentó Alejandra Barrios.
Una crítica en el mismo sentido hizo días atrás el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, durante la discusión de la iniciativa en el primer debate en Comisión, pues alegó que en lugar de un fortalecimiento de los partidos y movimientos políticos, lo que conllevaría el proyecto de transfuguismo es afectarlos.
“Veo absoluta incoherencia que llevemos dos décadas con reformas constitucionales, legales, para fortalecer los partidos políticos, régimen de bancadas, y hoy pretendamos con una sola iniciativa, vulnerar lo que se ha venido trabajando durante tantos años”, dijo el senador.
Solo flexibiliza
Una de las preocupaciones que tiene la MOE frente al proyecto que se tramita y que habilitaría el transfuguismo político, es que además de que no le pone límites a las veces que los congresistas podrían saltar de un partido a otro, pues deja abierta la puerta para que sea cada cuatrienio, no se hace ningún tipo de exigencia a los partidos ni a los legisladores.
“Están relajando completamente las reglas para poderse presentar de la manera que les guste y es por eso que este tipo de proyectos supera los diferentes debates sin ningún problema”, aseguró.
Alejandra Barrios, quien señaló además que de prosperar la iniciativa esta aplicaría para cualquier corporación pública, dijo que algunas de las preguntas que no se han resuelto, por ejemplo, tienen que ver con qué pasaría con los recursos de funcionamiento que les dan a los partidos dependiendo de sus resultados electorales y con la representación, si muchos congresistas, diputados o concejales se van a otra organización política.
“¿Esos recursos se modifican entonces? ¿Tienen que devolver la plata? Si se va un candidato que tuvo la mayor votación y eso ayudó a pasar el umbral, ¿qué podría significar?, ¿que ese partido del que se va pierde la personería jurídica? Los congresistas no han caído en cuenta de todas las implicaciones que esto tendría y lo que esto significa”, planteó.
En vista de ello, la Misión de Observación Electoral invitó al Senado a concentrar el debate en la propuesta de Reforma Política que está haciendo trámite en la Cámara y que, a diferencia del proyecto de transfuguismo, propone un debate amplio sobre el funcionamiento del sistema de partidos en Colombia.
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