En atención a las recomendaciones hechas por la Comisión de la Verdad en el Informe Final que recogió las causas, consecuencias y afectaciones del conflicto en Colombia a lo largo de las últimas décadas, el Ministerio de Justicia ofreció ayer un acto de reconocimiento público a la dignidad de los servidores judiciales que, en el ejercicio de sus labores, fueron víctimas de la guerra.
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El escenario fue el Museo Nacional de Colombia, en Bogotá, que congregó a familiares de decenas de funcionarios de la Rama Judicial que tuvieron o tienen que padecer todavía amenazas, atentados, judicializaciones, secuestros, desplazamientos, desapariciones y que fueron asesinados o exiliados, por cuenta de su servicio al Estado.
‘Justicia inquebrantable: entregamos memoria, recibimos esperanza’, fue el nombre del encuentro con el que concluyó un proceso largo de preparación adelantado con familiares de víctimas de Cúcuta, Arauca, Bogotá, Bucaramanga, Buenaventura, Cali, Cartagena, Montería, Pasto, San Andrés, Santa Marta, entre otras zonas del país, y liderado por el Fondo de Solidaridad con los Jueces Colombianos (Fasol).
Durante el acto de memoria y reconocimiento se recordaron casos como el asesinato del investigador judicial William Duarte Cristancho, ocurrido en Ocaña, en 1993. El funcionario judicial y otro de sus compañeros, quien también fue asesinado, investigaban a la policía del pueblo, pues se sospechaba que le vendía armas a la guerrilla.
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Así mismo, el de Yesid Duarte Cristancho, hermano de William, y Jaime Ávila, quienes sobrevivieron a un ataque armado perpetrado a una comisión del CTI en Tibú, el 13 de marzo de 1996 y en el que otros dos agentes murieron: Quintín Díaz y Javier Martínez. Los hechos fueron atribuidos a las guerrillas del Eln y el Epl, como parte de una acción conjunta.
Duarte Cristancho, quien estuvo presente en el encuentro de ayer, dijo que lo sucedido en aquel entonces responde a esa ausencia de garantías para el ejercicio de la labor judicial que ha hecho carrera en el país.
Contó que, aunque el hecho ya fue reconocido por dos postulados del Eln y el Epl, quienes se acogieron a la ley de justicia transicional, el proceso está aún vigente y a la espera de un fallo por parte de Justicia y Paz, a pesar de que han pasado 27 años.