Más de $4.000 millones invertidos en su realización, tan solo un 1,87% de participación, caras largas, muchos cuestionamientos y un alcalde celebrando, cual si fuera una reelección, según él mismo lo reconoció.
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El balance de la primera revocatoria del mandato que se vota en una ciudad capital dejó servidos varios interrogantes y abiertas muchas reflexiones, además de malherida una iniciativa que nació como una forma de que los ciudadanos pudieran hacer sentir su insatisfacción con los gobiernos de turno, pero que terminó diezmada por la politiquería.
Para la Misión de Observación Electoral (MOE), lo ocurrido el domingo en la consulta ciudadana, a la que apenas acudieron 11.555 personas de las 616.331 habilitadas, confirma que esta debió votarse desde cuando se programó inicialmente, es decir, el 12 de diciembre, y no postergarse tantas veces.
“Los mecanismos de participación deben implementarse cuando hay que hacerlo. Lo lamentable en este caso es que, habiéndose producido todos los trámites de ley, no se hubiera podido votar la revocatoria en su momento, cuando fue aprobada la primera votación, independientemente del resultado”, manifestó Jairo Oviedo, coordinador de la veeduría en Norte de Santander.
Para Oviedo, votar una revocatoria faltando 18 meses para terminarse un periodo de gobierno y después de un calendario electoral tan intenso como el que se vivió este año, no podría arrojar otro resultado como el que se dio.
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En su criterio, lo mejor era haber desistido de la iniciativa en su momento, si no estaban dadas las garantías y condiciones para que se desarrollara de la mejor manera, pues hay que recordar que la votación fue aplazada en cuatro oportunidades y esto terminó desgastándola.
El delegado de la MOE considera que lo ocurrido con esta revocatoria deja dos reflexiones: se comprueba que el mecanismo continúa siendo engorroso y que siguen surgiendo dudas frente a las motivaciones que hay detrás de estas iniciativas.
‘Nadie debe estar celebrando una jornada tan desastrosa’
Desde el Concejo de Cúcuta también hubo varias reflexiones sobre el resultado de la revocatoria promovida contra el alcalde Jairo Yáñez y lo que deja este intento de apartarlo del cargo de manera anticipada.
Para el concejal Álvaro Raad, del Centro Democrático, la que perdió con este proceso fue la ciudad, pues se invirtieron innecesariamente más de $4.000 millones y eso no amerita ninguna celebración.
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“Llegar al punto de la revocatoria no es sano y aquí lo que hay es que evaluar por qué pasó, por qué se llegó hasta este punto. Es necesario hacer un pare en el camino y evaluar qué es lo que ha conducido a la administración hasta esto. La gente no salió a votar por un montón de variables externas y por eso lo que hay que hacer aquí es una autoevaluación”, dijo.