De la Calle contó que impulsará un proyecto para reformar el sistema electoral colombiano; planteó que en su posición independiente en el Congreso se encargará de defender a los sectores de la sociedad que todavía tienen incertidumbre frente a Petro; y reveló que estaría dispuesto a ir a Cuba para aportar en los diálogos con el Eln, pero no en condición de negociador.
¿Qué reparos le hace al sistema electoral colombiano?
“Lo primero es que no es bueno que el Consejo Nacional Electoral (CNE) esté compuesto por delegados de los partidos. Nadie es totalmente independiente, pero lo que sí es anormal es que quienes administran el proceso electoral y toman decisiones controversiales sean delegados de partidos. Lo segundo es que la Registraduría Nacional tiene una enorme autonomía, no tiene una conducción colectiva y simplemente el registrador personalmente y de manera aislada toma sus decisiones”.
Lea además: ¿Petro y Daniel Quintero están distanciados?
En ese contexto, ¿Qué hará la reforma política que usted impulsa en el Senado?
“Proponemos crear un Consejo Electoral Colombiano que esté compuesto por cinco personas, con eso ahorramos, pasando de nueve a cinco magistrados. Esos cinco serían elegidos con un riguroso sistema de meritocracia, lo que conduciría a la neutralidad. Lo segundo es darle una dirección colegiada a la Registraduría Nacional, no que sea un registrador que toma sus decisiones por su propia cuenta. Al lado de eso habrá presencia de los partidos políticos porque tienen interés en opinar, pero no con carácter decisorio. Lo que prevemos es que haya delegados”.
Eso en cuanto a lo administrativo, ¿y lo contencioso?
“Las discusiones entre candidatos están repartidas entre el CNE y el Consejo de Estado y eso genera disfuncionalidad. El CNE toma unas decisiones y el Consejo de Estado las revisa y las cambia. Eso ocurre en la sección quinta del Consejo de Estado y luego en la Sala Plena. El resultado ha sido que muchas veces cambia la composición del Congreso a final del periodo de los cuatro años. Por eso, queremos crear una corte electoral que sea la única autoridad que tome las decisiones controvertidas”.
¿O sea que no se adherirá a la reforma al Código Electoral del gobierno y del registrador Alexánder Vega?
“No. Fue precipitado presentar un código electoral tan rápidamente por dos razones: primero porque hay que revisarlo de nuevo a la luz de los acontecimientos del 13 de marzo. Y en segundo lugar porque usted no puede decidir en el Código una serie de normas que luego chocan con las decisiones eventualmente constitucionales que se tomen. El vagón de cola es ese código, que es puro procedimiento. El gobierno empezó por el vagón de cola sabiendo que lo primero que hay que arreglar es la locomotora”.
¿Por qué optó por no entrar a la bancada de gobierno?
“Fue absolutamente convicción. Hay una ola de optimismo y de apoyo al señor Gustavo Petro, eso hay que reconocerlo. Sin embargo, hay sectores de la sociedad que tienen incertidumbre. Yo creo que la mejor posición es la independencia, que significa que no voy a tragar entero, ni voy a estar obligado a votar a favor o en contra de alguna iniciativa del gobierno”.
Conozca: Cancelan orden de captura contra Diego Cadena
Conservadores, liberales y La U ya están con Petro y tienen ministros, ¿Qué opina de eso?
“Entiendo que Gustavo Petro gana las elecciones, no tiene mayorías en el Congreso y las circunstancias lo obligan a organizar una coalición. Eso es normal, tiene que hacerse acompañar, aún de partidos que no correspondían a sus ideas. Veo un gabinete con personas que infunden enorme confianza como José Antonio Ocampo y Alejandro Gaviria, pero me pareció impúdico que partidos como el Conservador, que no tenían nada que ver con Petro, se precipitaron a subirse al tren de la victoria . Entraron a codazos y sin siquiera una discusión programática, eso demuestra que hay una crisis profunda del régimen de partidos”.
¿Qué otros reparos y reconocimientos tiene?
“Estoy dispuesto a apoyar iniciativas de Petro. Por ejemplo frente a la reforma tributaria tengo reparos, pero más allá de los detalles, creo que en Colombia tenemos que tributar más quienes más ganamos. También quiero que haya paz total, pero tengo mis reparos, se debe conocer en detalle qué significa eso, especialmente en materia de sometimiento. Y eso se expresa mejor desde una posición independiente, que es apoyar lo positivo y criticar lo negativo”.
Hablemos de la paz total que propone el gobierno, ¿usted cómo evalúa esa iniciativa?
“Tengo que reconocer que el gobierno ha sido cuidadoso en señalar que hay dos caminos. El de la negociación con la guerrilla política, o sea el Eln que es a la guerrilla que se le reconoce papel político y otro de unas normas de sometimiento que corresponden a un segundo capítulo”.
¿Qué radiografía hace de esa negociación con el Eln?
“Allí no hay grandes problemas jurídicos en el sentido de la forma de negociar y las leyes que regulan esa negociación. Ya lo ha ensayado el país varias veces y fue lo que hicimos con las Farc. Ahí la discusión va a ser más bien de carácter político. Tendrán que definir qué es lo que se va a negociar con el Eln. Celebro que hayan iniciado conversaciones, que hayan liberado algunos secuestrados”.
¿Qué le diría al Eln?
“Que llegó el momento. Gustavo Petro llegó sin uso de violencia a la Presidencia, ese es un mensaje muy poderoso. La violencia lo que hace es todo lo contrario, perturbar las decisiones democráticas. Ojalá el Eln sepa entender este momento histórico”.
¿Cómo ve el posible diálogo con narcotraficantes?
“Estoy a la expectativa de las precisiones que haga el gobierno. Hemos visto declaraciones contradictorias y confusas. Cuando hablamos de sometimiento estamos hablando de justicia ordinaria. En un momento leí que se hablaba de crear una JEP para los narcotraficantes, francamente creo que eso no es viable. En segundo lugar se deben mirar las características de la pena. Una cosa es que a una guerrilla política se le conceda la opción de una pena reparadora y retributiva, pero otra distinta son los narcotraficantes”.
¿Cómo deberían ser entonces las penas para los narcos?
“En justicia transicional cuando hablamos de 8 años máximo de sanciones lo hacíamos en ese marco, pero en la justicia ordinaria me parece que cuando hay delitos específicos que van más allá del concierto para delinquir tiene que haber sanciones ordinarias graduadas en función de la responsabilidad individual”.
¿Usted está de acuerdo con los ceses al fuego que se están decantando?
“Frente al Eln el cese bilateral es algo inherente a las negociaciones. Lo que sí creo es que no es una buena manera de empezar una negociación. Es muy difícil para una guerrilla y para el Estado después de 60 años de confrontación comenzar con un cese de fuego bilateral. Lo que hicimos en La Habana fue esperar a tener más masa crítica de acuerdos de tal manera que al cese del fuego le damos en medio de la negociación, después de tener una base suficiente para tomar esa medida.
Sobre los grupos que se someterían creo que esa expresión de cese del fuego no aplica. En algunas declaraciones he visto unas ciertas zonas grises. Uno no puede hablar de cese al fuego con organizaciones narcotraficantes. Si ellos deciden no disparar, perfecto. Pero el Estado no puede comprometerse constitucional y moralmente a aceptar el no cumplimiento de las funciones de la Fuerza Pública. El sometimiento implica que ese cese tiene que ser unilateral”.
¿Es valioso retomar los diálogos con el Eln donde los dejó Juan Manuel Santos?
“Sí. En efecto, el Gobierno de Juan Manuel Santos dejó una agenda pactada. Ahí hay una ruta, una agenda para la discusión. Yo insisto en que decidir el cese de fuego bilateral tiene enormes riesgos, pero bueno. Lo que hay que seguir haciendo es ir agotando los puntos de una agenda”.
Álvaro Leyva dejó la puerta abierta a dialogar con disidentes de las Farc, ¿Qué opina?
“Quienes traicionaron esa confianza del Estado, traicionaron a su movimiento y traicionaron su propia palabra. Ellos ya tuvieron una oportunidad. Yo creo que pueden acudir a las normas del sometimiento, pero francamente me parecería muy preocupante que se reabra una negociación frente a ellos”.
Le puede interesar: Lo que está listo, lo que falta y lo que se podría demorar para la reapertura de la frontera
¿Y qué opina de los exparamilitares que querían ser repatriados y participar de esa paz total del Gobierno?
“La reparación es bienvenida, pero ese asunto de la repatriación vamos a ver el Gobierno cómo lo maneja. Parece muy difícil, porque ahí ya lo que se involucra es un tema internacional. Hay tratados bilaterales. El tema incluso de extradición no debería ser un asunto de discusión en el Congreso. Me parece que está bien no contaminar la discusión del sometimiento con pretensiones tan difíciles como pensar que se van a repatriar las personas que fueron extraditadas oportunamente”.
¿Si el gobierno lo invita a Cuba está dispuesto a ir?
“Estoy dispuesto a arrancar en mi condición de congresista, pero no de negociador porque no tengo la experticia suficiente frente al Eln. Yo aprendí a conocer a las Farc y considero que tengo una manera de juzgar eso, pero el Eln no ha sido materia de mi especialidad. Lo que sí no me negaría a hacer es manifestar con mi presencia o mi voz apoyo a un proceso que sí queremos todos en Colombia que termine bien. En ese sentido, la búsqueda de la paz total viene de un propósito muy noble. Es lo que queremos todos los colombianos. Yo estoy dispuesto a acudir a unas citas, pero no en calidad de negociador”
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion