El año pasado, el expresidente Iván Duque firmó un decreto que eliminó la Consejería Vicepresidencial y la Consejería Presidencial para Asuntos Políticos y Legislativos. Además, fusionó la Consejería Presidencial para Asuntos Económicos y Transformación Digital con la Consejería Presidencial para la Gestión y Cumplimiento.
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El objetivo de Duque era mejorar la austeridad del Estado a través de la eliminación de burocracia. Bajo esa premisa, eliminó 33 cargos de la Presidencia.
Eso sí, aumentó el poder de su jefa de gabinete, María Paula Correa, quien adquirió nuevas tareas: antes tenía 21 funcionas en la norma y a partir de la firma del nuevo decreto quedó con 32 funciones.Hasta entonces, varias de ellas eran propias de la Cancillería.
Por ejemplo, ese cargo hoy tiene la posibilidad de “impulsar y hacer seguimiento” a la agenda internacional de la Presidencia. También está en capacidad de trabajar con el Ministerio del Interior “en las relaciones del gobierno con partidos y movimientos políticos”, según reza el decreto que está vigente.
Lizcano, sin embargo, dice que esa jefatura de gabinete no existe en los planes de Petro. En su lugar, se creará la Secretaría Privada, que será ocupada por la asesora de campaña de Petro, Laura Sarabia (ver Protagonista). “Tendrá algunas funciones relacionadas con la Casa Militar y todo lo que tiene que ver con la movilización del presidente”, explicó Lizcano.
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En cuanto a las consejerías presidenciales, el nuevo director del Dapre dijo que aún no quiere dar nombres de cuáles se van a eliminar, pero aseguró que “de las 12 que hay, quedarán 4 o 5”.
Y señaló que su despacho se encargará de liderar a los ministerios y vigilar que los planes del Gobierno se cumplan. Aunque se le harán algunos ajustes también estará trabajando con fondos para la paz y revisando que se cumpla el Acuerdo de Paz.
Además, explicó que tendrá un trabajo político de la mano del Ministerio del Interior y de los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes para asesorar la coalición de Gobierno.
Esta reforma a la Presidencia se cocinará durante los próximos 45 días. Aunque se trata de un revolcón mayor, se invocará la autonomía presidencial y todos los cambios se ejecutarán por decreto.
El Colombiano
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