En su agenda para este lunes no tenía contemplado, inicialmente, venir a la frontera para los actos protocolarios que marcaron el inicio de la nueva etapa en las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela, rotas completamente desde hace tres años.

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El posible encuentro con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, en la línea limítrofe, y del que tanto se habló en las últimas semanas, ya había sido descartado días atrás.

Sin embargo, rompiendo todos los protocolos, el presidente de la República, Gustavo Petro, no pudo evitar ser testigo de un momento que él mismo calificó como “histórico para la región, el país, América del Sur y América en general”: la reapertura de la frontera para el intercambio comercial.

A última hora, el mandatario colombiano, quien en campaña prometió que una vez asumiera su gobierno reabriría los pasos que conectan a Norte de Santander con el estado Táchira, decidió hacerse presente en el puente internacional Simón Bolívar, para notificar personalmente el cumplimiento de aquel compromiso que si bien no jugó a su favor en la pasada contienda electoral en esta región del país, se propuso llevar a feliz término en menos tiempo de lo que muchos esperaban.

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“A Norte de Santander le entregamos este hecho en los primeros días de este gobierno. Poder normalizar su situación cotidiana y hacer de esos puentes, y de la frontera, la palanca mayor de la prosperidad económica y del bienestar general”, fueron las palabras que pronunció el jefe de Estado frente al Centro Nacional de Atención en Frontera (Cenaf), a pocos metros de la entrada a San Antonio del Táchira, en Venezuela.

Desde allí, Petro fue enfático en que legalizar completamente los flujos económicos y culturales en esta zona de frontera debe redundar en un “salto cualitativo” en materia de derechos humanos en estos pasos limítrofes y, por ende, en un aumento en la calidad de vida de sus habitantes.

“El que Cúcuta se haya vuelto una de las ciudades más pobres de Colombia tiene que ver con un desastre humanitario al otro lado y con otro desastre humanitario a este lado. Que este puente de cemento sea, ojalá con el de Tienditas, que dentro de pocas semanas se va a inaugurar, la vía por la cual se construya el progreso de estas dos regiones: Táchira y Norte de Santander”, planteó.

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En ese sentido, el presidente recordó otra de esas promesas que les planteó a los grandes, medianos y pequeños empresarios de la región, meses atrás: la industrialización.

“Necesariamente, las dos economías tienen que integrarse. Estamos hablando de una zona especial entre el Táchira y Norte de Santander para que sea plataforma de la industrialización, para que la calidad de vida sea general. La  gracia del comercio es que traiga progreso para la población y estaré midiendo eso”, dijo el mandatario.

Petro se aventuró a proyectar algunas cifras que aspira consolidar en materia comercial en los próximos años, tras la reapertura de los puentes internacionales, y dijo que el propósito es que ya no sean solo 400 millones de dólares, sino que prontamente puedan pasar a los 1.000 millones y al final de su gobierno puedan cerrar “ojalá en 4.000, y que en el mediano plazo logremos recuperar los  8.000”, que se alcanzaron en el mejor momento de las relaciones entre Colombia y Venezuela.

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Al finalizar la tarde, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un acto televisado, agradeció a Petro por el “paso inmenso” dado: “Yo sabía que más temprano que tarde este día iba a llegar”, dijo.

Respeto entre países

Tras siete años del cierre fronterizo y de unas relaciones completamente rotas desde febrero de 2019, por las diferencias entre el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, uno de los pedidos insistentes que se ha hecho en la región es que en adelante no se mezcle más lo ideológico con lo diplomático.

Al respecto se pronunció también el presidente Gustavo Petro, quien desde la zona de frontera envió un mensaje entre líneas al mandatario del vecino país, sobre la importancia de hacer frente a las diferencias y los obstáculos que se puedan presentar en las relaciones de ambos países, de manera pacífica y con argumentos.

“La autodeterminación de los pueblos es una orden de la Constitución de Colombia. Lo que pase en el desarrollo político de Venezuela, antes que nada, debe ser determinado por el mismo pueblo de Venezuela, al igual que lo que nos pase a nosotros los colombianos en materia política, debe ser determinado libremente por el pueblo colombiano”, señaló.

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Dijo que la democracia, la paz, el respeto absoluto a la dignidad del ser humano, tanto en Venezuela como en Colombia, deben ser en adelante “nuestra consigna común”.

Mensaje a los migrantes

Gustavo Petro aprovechó, igualmente, su participación en los actos de ayer en el puente internacional Simón Bolívar, por donde diariamente transitan miles de personas de lado y lado de la frontera, para enviar un mensaje a los migrantes.

“Ojalá la migración que en masa vino de Venezuela aquí, como antaño fue la de Colombia hacia Venezuela, pueda hoy tener calma. Las personas que deseen vivir en Colombia tendrán el respeto de todos sus derechos. La idea es pasar de simplemente un carné a una real vivencia de derechos plenos, como ciudadanos venezolanos acogidos en Colombia”, dijo.

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El jefe de Estado anunció también que le pidió al ICFES agilizar los trámites para la homologación de títulos, con el fin de que los venezolanos o venezolanas que cuenten con la debida preparación y quieran trabajar en Colombia lo puedan hacer. “Ojalá se haga lo mismo en el otro lado”, dijo.

La de ayer es la segunda visita que el presidente de la República hace a Norte de Santander desde que tomó posesión de su cargo, el 7 de agosto. La primera fue el pasado 26 de agosto a El Tarra, en el Catatumbo, donde lideró un consejo de seguridad.

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