Detrás del sabor del chocolate nortesantandereano, hay historias que conectan su dulce aroma con las duras realidades del territorio, por eso, junto a las plantaciones de cacao, las mujeres de Puerto Lleras cultivan la esperanza, para hacer realidad el sueño de exportar su fruto transformado, en productos que guardan mucha historia: cremas, chocolatinas, bombones y trufas, llenas de sabor y dedicación.
Allí, en la vía a Puerto Santander reside la Asociación de productores de Cacao de Cúcuta (Asocacaoc), que está conformada por 25 campesinos cacaoteros quienes se han empeñado en conservar el valor de la planta, considerada una mina de oro en la región. El 2 de octubre del 2022 empezaron con este proceso, del cual nació el emprendimiento ‘Chocolatería dulce mujer’.
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Este emprendimiento queda ubicado en la vereda Puerto Lleras, a 45 minutos de la zona urbana de Cúcuta. Las hectáreas de cacao que allí se cultivan se dividen en diferentes tipos de plantaciones entre las que se destacan: el CCN-51 (una variedad clonada, amarga, que se usa mucho por su facilidad para cultivar y exportar), el de sabor y aroma (tradicional) y la saravena (sabor más sutil y es más resistente a las enfermedades).
Cristian Alberto Layton, jefe de unidad técnica de la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) en Cúcuta dijo que "en la actualidad hay 120 hectáreas de cacao híbrido envejecido en la zona, que junto a las nuevas áreas suman alrededor de 430 hectáreas, pero estas aún no se encuentran en etapa de producción".
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La asociación y el emprendimiento
Las mujeres de Asocacaoc iniciaron desde cero en su organización, sin dinero ni la maquinaria requerida para la transformación de esta materia prima, sin embargo, contaban con la disciplina y constancia para sacar adelante el proyecto que todas querían hacer realidad.
“Es duro comenzar sin nada, sin tener un molino, al inicio prestamos uno y empezamos a moler, sin empaques, sin un peso, pero hoy en día le damos gracias a Dios porque en octubre ya completamos un año y estamos en un buen nivel. Nosotras hemos ido trabajando y con lo que vamos haciendo compramos nuestras cosas para la producción” manifestó Briceyda Figueredo, presidenta de Asocacaoc.
Al principio, transformaron el cacao en chocolate de mesa, aquel que se elabora tradicionalmente en bebidas calientes. Luego, empezaron a elaborar productos como bombonería y chocolatinas por sugerencia de Ricardo Trillos, creador de la empresa Cao Chocolate en Miami y voluntario de USAID.
“La idea con ‘Chocolatería dulce mujer’ surge con el fin de demostrarles a ellas, como voluntario de USAID, de que hay posibilidades para comercializar cacao y crear un negocio sostenible que ofrezca más frutos financieramente hablando, además que ellas mismas puedan desarrollar su propia marca de chocolate” mencionó Trillos.
Estas campesinas de ‘Chocolatería dulce mujer’ viven lejos del lugar donde se reúnen a elaborar sus productos, algunas a unos 25 kilómetros aproximadamente, y aunque en sus comienzos no tenían un capital semilla, ellas trabajaron de sol a sol para sacar adelante su emprendimiento.
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“Soñar, dicen que no cuesta nada, pero si cuesta, hay que hacerlo realidad a pesar de los limitantes ya que aquí todas tenemos dificultades, cada una vive en una casa, tiene una vida o algo por hacer. Sin embargo, siempre llegamos acá a transformar porque cuando se dice a trabajar, es a trabajar y todos los problemas quedan atrás”, comentó Yenny Esperanza Pinto, secretaria de Asocacaoc.
En la asociación y el emprendimiento, el compromiso es su principal requerimiento, sin importar que tengan otras maneras de generar ingresos, siempre debe haber un lugar para dedicarle tiempo a los productos que están generando.
“A veces pensamos que conformar una asociación es que usted le van a dar todo, y no, a usted le dan las herramientas para que se empiece a producir. Nosotros somos conscientes que aparte de venir aquí, tenemos que trabajar para podernos sostener y mantenernos” agregó Figueredo.
Los 2.500 bombones de chocolate
Hay muchas historias detrás de la labor de estas mujeres, pero hay una que resalta siendo de las más significativas para las cacaoteras. Entre risas contaron la anécdota que las hizo retarse y visibilizarse como ‘Chocolatería dulce mujer’.
En diciembre del 2022, la Alcaldía de Cúcuta cuando ellas recién iniciaban, les hizo un pedido de 2.500 bombones de chocolate, en ese momento las mujeres contaban con solo 5 moldes, no tenían microondas ni nevera, y mucho menos, un lugar refrigerado para la elaboración de los productos.
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Con ayuda de sus vecinos consiguieron microondas, otros cuatro moldes y un lugar que tenía aire acondicionado. De esta manera, iban de un lado a otro trabajando como hormigas. “Ya teníamos nueve moldes, con ellos se hacen 21 unidades. Alguien nos prestó plata para poder comprar la materia prima y de acá nos íbamos a pie llevando cajitas, ollas e implementos para sacar el pedido de la alcaldía”, contó Figueredo.
“Todo el mundo que llegaba a asomarse terminaba limpiando moldes, ayudando, contando y armando cajas. Fue una experiencia muy bonita y dura, pero cumplimos el pedido” agregó Pinto.
No todo es violencia en el Puerto
Aunque a Puerto Santander se le conoce por ser una zona violenta, las mujeres comentan que por ser de ahí son estigmatizadas a diario y eso ha influido en su negocio. Pero, cuando las personas de afuera visitan el municipio, manifiestan que la realidad es otra.
Francelina Cortez Gamboa, vicepresidenta de Asocacaoc, lleva desde el 2008 cultivando y cosechando el cacao y asegura que no es un trabajo fácil. “Acá si nos toca sufrir, porque con un sol de estos desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde uno entra, poda y limpia el cacao, entonces ahí le pega de todo”, agregó.
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La mujer recalcó que en el campo hay gente trabajadora, echada para adelante, que día a día lucha por su emprendimiento, sus cosechas, pero muchas veces no se reconoce ese valor, pues "es el campo el que mantiene a la ciudad”, enfatizó.
Ahora, Asocacaoc espera ser reconocida por sus productos. Entre sus planes a futuro quieren hacer la ruta turística del cacao en su vereda, para que las personas de Cúcuta y su área metropolitana puedan vivir una experiencia única, donde puedan degustar sus productos de chocolate.
Redacción por Valentina Salgado / Practicante de periodismo
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