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Iglesia católica rechaza asesinato del sacerdote Ramón Arturo Montejo Peinado en Ocaña
El sacedorte tenía 45 años. Había nacido en Teorama y se desempeñaba como delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz.
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José Luis Daza
José Luis Daza
Miércoles, 5 de Junio de 2024

A través de un comunicado, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona y administrador apostólico de la Diócesis de Ocaña, expresó el dolor y rechazo categórico frente al asesinato del padre Ramón Arturo Montejo Peinado, en un parqueadero del barrio Jesús Cautivo sobre el mediodía del martes 4 de junio.

Este hecho violento ha generado profunda consternación en la comunidad ocañaera y en la iglesia católica de Norte de Santander y del país.

“Condenamos profundamente que la violencia irracional haya cobrado la vida de un sacerdote que dedicó su vida a difundir el mensaje de la paz y amor de Jesucristo. Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no solo atenta contra la vida de un ser humano, sino también contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad”, indicó  monseñor Ossa.

Lea: Dos capturados como presuntos responsables del asesinato del sacerdorte en Ocaña

De acuerdo a la información entregada por las autoridades de policía, dos hombres que pretendían robarle su vehículo, le propinaron heridas con arma blanca en la espalda. En un intento del sacerdote por oponerse al hurto, lo arrollaron y emprendieron la huida en este mismo carro.

Posteriormente el vehículo fue hallado en el sector conocido como San Fermín.

En las últimas horas se conoció la captura de dos hombres como presuntos responsables del homicidio del sacerdote, en el marco del plan candado que adelanta la policía y el Ejército Nacional.

 

Imagen eliminada.

 

Monseñor Ossa Soto, alto jerarca de la Iglesia católica de Norte de Santander, pidió a las autoridades investigar a fondo el crimen del sacerdote nacido en el municipio de Teorama, quien se venía desempeñando como párroco en San José del corregimiento de Buenavista y delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz. Rol desde el cual participó, en nombre de la Iglesia, en varias liberaciones de secuestrados en la región del Catatumbo. 

Ante el asesinato del sacerdote nortesantandereano se han conocido múltiples expresiones de tristeza y rechazo ante el hecho violento por parte de las autoridades y otras diócesis del país.

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