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La Masonería sigue vigente en el mundo
Luis Carlos Villamizar Lamus es un zootecnista conocedor y convencido de su importancia.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Domingo, 8 de Noviembre de 2015

No obstante su rango universal, el conocimiento de la Masonería no es tan generalizado. Pero está escrito que “es la sociedad secreta más extendida en todo el mundo y una de las que cuenta con mayor tradición histórica”. En 1717 se funda en la Gran Bretaña la primera Gran Logia y luego se reproduce en diversos países. A Colombia llega en la etapa de la independencia y varios de los próceres que estuvieron en las luchas contra el régimen colonial de España hicieron parte de la nueva agrupación. La organización se entrelaza con la historia nacional. Norte Santander no es ajeno a esa tradición. La Gran Logia Oriental de Colombia “Francisco de Paula Santander” celebrará el septuagésimo aniversario de su fundación con actos especiales los días 13 y 14 de noviembre en Cúcuta.

El Gran Maestro de la Logia Oriental de Colombia, el profesional pamplonés Luis Carlos Villamizar Lamus, zootecnista egresado de la Universidad Nacional de Colombia, ha estado vinculado a la docencia y ha hecho parte de organizaciones sociales y gremiales, con actividad constante en su ciudad natal y en Cúcuta.

Conocedor de la Masonería y convencido de su importancia ha asumido la dirección de la Logia con todas las responsabilidades que impone.

¿Qué ha representado en su vida hacer parte de la Gran Logia Oriental de Colombia?

-Pertenecer a una logia me ha permitido ampliar mi mente para ponerla en consonancia con los cambios que se suceden tanto en la vida social como en la cultural. Me ha permitido trabajar en mi autoconocimiento para poder ir cambiando lo que es posible cambiar y aceptando lo que no es posible cambiar en mi personalidad y por sobre todo me ha ayudado a ser más tolerante con mis semejantes y conmigo mismo.

¿Cuál es el aporte de esa organización a la región en los 70 años que está celebrando?

-La Masonería ha trabajado en el campo de la educación. El Colegio “Gremios Unidos” en un momento de la historia del país y de Cúcuta fue una solución para un sector de la población que no podía acceder a la educación por la condición económica y social de la familia. También la Masonería estuvo en la creación de La Universidad Libre de Colombia para continuar prestando ese servicio superior de estudios a la misma población vulnerable.

¿Tiene todavía vigencia la Masonería en el mundo?

- Sí. La filosofía de la Masonería es un camino que permite a los hombres de espíritus libres transitar por entre toda esa maraña de ideas y tendencias que pululan hoy en día, ajenos a todo fanatismo, lo que le permite ser libre y de buenas costumbres.

¿Se trata de una corriente política o religiosa, o qué fines son su razón de ser?

-La Masonería no es una religión, ni una secta ni un partido político. La Masonería es una escuela iniciática que busca el mejoramiento de la sociedad partiendo del individuo. Nuestra institución fomenta entre sus asociados los valores de la fraternidad, la igualdad y la tolerancia. Como ve, estos son valores fundamentales que cuando se practican entre los hombres, la sociedad mejora.

¿Cómo está en Norte de Santander?

-La Masonería está funcionando muy bien. A pesar de los problemas que puede generar el entorno siempre quedará un vacío en el hombre, vacío que la Masonería le brinda para encontrar respuestas a preguntas capitales como, ¿Quiénes somos? ¿Para qué fuimos creados? ¿Para dónde vamos?

¿Quiénes han sobresalido en Colombia y en la región?

- El momento estelar de la Masonería en Colombia estuvo en el período de la independencia con Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander a la cabeza, Antonio Nariño, Rafael Urdaneta, Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, José María Obando y Manuel Murillo Toro. En el siglo XX están Eduardo Santos, Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo, Germán Zea Hernández, Luis Cano, el general Benjamín Herrera, Luis Eduardo Nieto Caballero y Enrique Santos Montejo. En nuestro departamento tenemos a Alirio Sánchez Mendoza, Mario Mejía Díaz, Adip Numa Sanjuán, Luis Eduardo Barreto, Felix Salcedo Baldión, Manuel Ricardo Bobrek, Eduardo Serrano, Peter Zahn, José Abrahim y muchos otros que se me escapan, pero que han sido muy valiosos para nuestra sociedad.

¿De qué se sostienen las Logias?

-Las logias se sostienen con el aporte mensual que hacen sus afiliados. Este aporte se utiliza para los gastos administrativos que demanda el funcionamiento de la Gran Logia. Para las actividades de proyección social tenemos una entidad paramasónica sin ánimo de lucro. Es la Sociedad de Artesanos Gremios Unidos.

¿Sus lecturas tienen alguna relación con la Masonería?

-Si. Los trabajos que realizamos en cada una de nuestras tenidas requieren del aporte de muchos escritores que pertenecen a nuestra institución y que nos dan luces sobre los temas que se debaten. En la Masonería tenemos artistas en la pintura, escritores, arquitectos, médicos y abogados que partiendo de su campo profesional enriquecen las discusiones con sus aportes intelectuales.

¿Ve posible la paz en Colombia a través de las negociaciones entre el Gobierno y las Farc en La Habana?

- Sí. Es posible llegar a feliz término en las negociaciones, no sólo porque la gente lo desea sino porque el país lo necesita con urgencia, para poder centrar todos los esfuerzos del Gobierno –no interesa quien esté en el poder- en la solución de los problemas que existen en la educación, en la salud y en lo laboral. La violencia social distrae los recursos que se podrían utilizar en estos campos.

¿Qué problemas de Norte de Santander le preocupan?

-En lo social me preocupa el desempleo, principalmente porque golpea a los jóvenes que están en plena capacidad productiva, pero no encuentran ni el espacio ni los medios económicos para poner en ejecución su fuerza y su conocimiento.

En lo económico me preocupa la falta de inversión tanto del Gobierno como del sector privado, lo que nos mantiene en un statu quo que no nos deja avanzar hacia el pleno desarrollo.

En lo cultural me preocupa la falta de educación ciudadana, en la que predomina el interés personal sobre el general. No se tiene un sentido de pertenencia hacia el departamento y la ciudad, notándose un divorcio total entre las autoridades y el pueblo. Es una de las tareas prioritarias que tienen los alcaldes de cada municipio y del Gobernador.

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