La corporación Red PaPaz junto a la Universidad de los Andes, Save the Children, Educapaz y la Fundación Cinde, lideraron el proyecto ‘Vamos Seguros al Colegio’ que elaboró un diagnóstico de los entornos educativos en diez regiones del país y el impacto que han tenido factores como la pandemia para el retorno a clases presenciales.

El proyecto identificó que en Norte de Santander una de las situaciones que más afecta al sistema educativo es la deserción escolar, ya que un 43 por ciento de las sedes reportó a finales de 2021, que había estudiantes que debían asistir, pero no lo estaban haciendo.

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El diagnóstico que se elaboró a partir de los resultados de encuestas aplicadas a los rectores de 865 colegios, adscritos a 11 secretarías de Educación del país midió la infraestructura de los centros educativos, el riesgo de deserción, la salud mental y la formación docente.

Además de Norte de Santander, el proyecto abordó los entornos educativos de Arauca, Manizales, Quibdó, Bogotá, Tolima, Valle del Cauca, Nariño, La Guajira  y Palmira. 

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El riesgo de desertar 

En lo que compete a Norte de Santander, donde la deserción escolar ha sido uno de los mayores resto a superar después del retorno a las clases presenciales, Sandra García, docente asociada a la Escuela de Gobierno y Universidad de los Andes, explicó que estos porcentajes corresponden a noviembre del 2021, por lo que es posible que las cifras hayan disminuido con la apertura total de los colegios. 

“El haber tenido los colegios cerrados tiene un efecto importante en la permanencia por temas de desmotivación o ‘desenganche’, pero también hay temas que han salido muy importantes como la necesidad de trabajar y llevar ingresos al hogar, las necesidades de cuidado y la seguridad”, puntualizó. 

Además dijo que junto a las demás secretarías, se encontró que la deserción escolar afecta más a los niños que a las niñas. 

“Esto no quiere decir que las niñas no tengan este problema. Encontramos que a veces los niños tienen más riesgos, que están relacionados con mayor vínculo al trabajo y son más presionados por traer ingreso al hogar y el reclutamiento por grupos ilegales”, dijo.  

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La salud mental también importa

En la encuesta también se preguntó a los colegios, en qué medida han identificado síntomas de deterioro en la salud mental de los estudiantes y el 45% de las sedes en Antioquia, Norte de Santander, Arauca, Manizales y Quibdó, reportaron al menos uno de cinco síntomas en estudiantes como desmotivación, cansancio, estrés, temor y ansiedad. 

“Las problemáticas más presentes en la mayoría de los estudiantes son la desmotivación y el cansancio. Eso nos preocupa porque son señales de unas problemáticas de salud emocional que puede incidir tanto en la permanencia escolar como en el aprendizaje”, indicó la docente.
 

¿Los colegios son entornos seguros?

En este proyecto también se reunió información sobre cómo se encuentran las instituciones públicas en cuanto a la infraestructura, donde en general, un 14% de las sedes no cuenta con ningún espacio en común, siendo los más recurrentes el patio y las zonas verdes. 

“Norte de Santander y Quibdó son las dos secretarías que cuentan con menos espacios de uso común, con un 24% y 39% respectivamente”, dice el informe. 

Cifras que se convierten en una necesidad de priorización por parte de los actuales gobiernos, por lo que finalmente, los investigadores recomiendan garantizar una infraestructura que permita el aprendizaje y la interacción en las instituciones.

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