Las ansiadas vacaciones representan para muchos un merecido descanso y relajación. Pero ojo, algunos hábitos adquiridos durante este período pueden “pasarle factura” al cabello; así lo advierte Andrés Martínez, CEO de Mediarte, quien detalla paso a paso cómo evitarlo.
Martínez explica que lo primero a tener claro es que “la exposición moderada al sol beneficia el cabello al estimular nutrientes como la síntesis de vitamina D”. Sin embargo, pasarse con los rayos UVA y UVB tiene el efecto contrario. “Una exposición prolongada puede deshidratarlo”. Esto se debe a que el pelo absorbe la radiación solar alterando su estructura interna y perdiendo flexibilidad.
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Ocurre similar con el agua salada y la de piscinas con cloro, en las que su composición química extrae la hidratación natural del cabello volviéndolo poroso, quebradizo y proclive a enredarse y romperse.
Ante esto, el experto recomienda proteger el cabello aplicando “acondicionadores y tratamientos hidratantes antes y después de tomar sol o nadar”. Asimismo, usar sombreros, gorros y pañuelos que sirvan de barrera física ante los rayos UV. Y si va a la piscina o al mar, aconseja primero mojarse el pelo con agua dulce para que absorba menos los agentes dañinos.
Otro cambio frecuente en la temporada de vacaciones, es la alteración de productos para el cuidado del cabello. Martínez advierte que “cada cuero cabelludo tiene necesidades distintas” y utilizar shampoos o tratamientos diferentes a los habituales puede irritarlo y provocar descamación, caspa, grasa en raíz o foliculitis.
Por eso, aconseja llevar en la maleta los productos regulares y mantener el ritmo de lavado acostumbrado para respetar el PH natural del cuero cabelludo.
El CEO de Mediarte también pone el foco en herramientas como secadores y planchas capilares, de uso intensivo en vacaciones por las idas a la playa o piscina. Advierte que estos aparatos someten el cabello a altas temperaturas que lo deshidratan, debilitan y predisponen a la rotura.
Para aminorar sus efectos negativos, Martínez recomienda utilizarlos “con moderación, a la menor temperatura posible y dando descansos al pelo entre cada uso”. Un truco es aplicar protectores térmicos con ingredientes hidratantes y antioxidantes justo antes de las pasadas.
Otro hábito de riesgo es alterar las horas y calidad de sueño durante los días de vacaciones. Como explica el experto, “dormir bien mejora funciones cerebrales y ayuda a reducir el estrés”. Y mantener bajos los niveles de ansiedad es clave para frenar la temida alopecia androgénica, responsable de la mayoría de casos de calvicie.
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Pasando a tratamientos estéticos, Martínez advierte que tintes, decoloraciones y alisados químicos son especialmente populares en verano pero tremendamente agresivos para el cabello.
Los tintes contienen sustancias que se fijan en la cutícula capilar debilitándola con el tiempo. Los decolorantes van aún más allá, erosionando incluso el interior del tallo piloso. Y los alisados a base de keratina o similares literalmente “rompen los enlaces naturales del pelo” para reconfigurarlo, volviéndolo frágil y propenso a quebrarse.
Ante esto, Martínez insiste en espaciar al máximo estas aplicaciones y realizarlas siempre en salones profesionales que utilicen productos hipoalergénicos y ofrezcan garantías. No obstante, para reparar los daños, es imprescindible recurrir posteriormente a mascarillas nutritivas y reconstructoras que renueven la keratina del pelo.
Respecto a la creencia popular de que el cloro de las piscinas, el agua salada o el bronceador son los agentes que más estragan el cabello en vacaciones, Martínez desmintió esta teoría asegurando que “no hay uno que dañe más que otro, sino que dependerá del tiempo de exposición y cuidados previos y posteriores”.
Y respecto a si gorros, viseras y bandanas producen más grasa o caspa por falta de ventilación, tampoco lo ve determinante. Opina que con una higiene regular y no abusar de su uso no deberían ocasionar este tipo de problemas.
“Aunque descansemos y relajemos nuestra mente en vacaciones, no debemos descuidar la salud de nuestro cabello si queremos preservarlo sano y fuerte. Siguiendo estos consejos lograremos disfrutar de las vacaciones sin ponerlo en riesgo”, asegura Martínez.
Por último asegura que en su experiencia, los problemas capilares no aumentan después de las vacaciones, sino que por el contrario disminuyen. Esto se debe a que en esta época, las personas se relajan y disminuyen sus niveles de estrés, lo que lleva a una menor caída del cabello.
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