Aunque el cáncer se ha asociado tradicionalmente con la edad adulta y la vejez, en las últimas tres décadas se ha presentado un incremento del 79 % en la incidencia mundial de tumores en personas menores de 50 años. Por ello, en el Día Internacional de la Juventud, es importante generar conciencia sobre la detección temprana para minimizar el impacto en la calidad de vida y asegurar tratamientos más efectivos para esta población.
Actualmente, no se conoce una causa clara frente al aumento de casos de cáncer en personas jóvenes. Sin embargo, los científicos han establecido como uno de los motivos principales el incremento de la exposición a factores de riesgo, asociados al consumo de alimentos ultra procesados, el tabaquismo, desbalances en la flora intestinal por hábitos inadecuados en la alimentación y padecimiento de enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2 o la obesidad, estas últimas, casualmente han incrementado su incidencia en los últimos años.
Según Alejandro Ruiz, director médico de FICMAC, “los casos de cáncer en jóvenes se dan por un fenómeno denominado el efecto cohorte, que se refiere a los cambios de la enfermedad a lo largo del tiempo. Así, una generación con 10 años de diferencia a la anterior tiende a sufrir de cáncer en mayor medida.” Además, los diagnósticos más frecuentes en esta población, especialmente en los millennials, son el cáncer de seno, cuello uterino, testículo, leucemia, sarcoma y tiroides.
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Biología molecular en el diagnóstico y tratamiento del cáncer
Los avances en genómica y biología molecular son importantes en la identificación de tumores en jóvenes, lo que lleva a implementar terapias más personalizadas y efectivas.
“El cáncer en esta población tiene unos perfiles biológicos que pueden llegar a ser más agresivos frente a sus contrapartes en adultos mayores. Sin duda, la caracterización exhaustiva de los tumores permite la formulación correcta de terapias dirigidas, las cuales pueden brindar un beneficio clínico superior”, expresó Alejandro Ruiz.
Gracias a estas tecnologías es posible identificar los cambios en las células que podrían estar causando el crecimiento y la propagación de la enfermedad, dado que estos tratamientos son específicos y generan menos efectos secundarios. Este es un avance revolucionario en la medicina moderna, al permitir mejores resultados y una mejor calidad de vida para los pacientes.
