Más de 20 aparatos que fueron el ‘boom’ del momento o que se utilizaban con frecuencia en la oficina o el hogar, terminaron absorbidos por los poderosos, ventajosos y útiles teléfonos inteligentes o smartphones.
Estos teléfonos móviles inteligentes han cambiado indiscutiblemente la vida cotidiana y han revolucionado el mundo con su tecnología “todo en uno”, consiguiéndose en el mercado de diferentes tamaños y precios.
Entre algunos de los aparatos reemplazados por el smartphone se cuentan el teléfono público y fijo, contestador, despertador, cámara fotográfica, álbum de fotos, walkman, Ipod, mp3, mp4, reloj, linterna, agenda, cámara de video, reproductor de video, gps, grabadora de periodista, calculadora, juegos portátiles, netbooks, beeper, tableta, fax, cronómetro, radio portable, así como pasadas generaciones de Blackberrys y celulares ‘flechas’.
Todo ello, sin contar miles de aplicaciones que pueden descargarse por internet o consultar enciclopedias, diccionarios, periódicos, mapas, páginas amarillas, libros de pasatiempo, tarjetas de embarque, envío de correos, etcétera.
Estas aplicaciones pueden ser desarrolladas por el fabricante del dispositivo, por el operador o por un tercero. Los móviles inteligentes cuentan con muchos megapíxeles en las cámaras delantera y trasera, para tener la posibilidad de realizar las famosas ‘selfies’.
Otra característica de estos teléfonos es la posibilidad de aumentar la capacidad de almacenamiento mediante tarjetas adicionales de memoria y permitir su utilización en zonas wifi. También ingresar a internet con tecnología 4G o descargar archivos en PDF.
Pero, no solo los smartphone han arrasado con varios de los aparatos que ocupaban un lugar en la oficina y el hogar, también las nuevas generaciones de computadores, televisores, equipos de sonido, impresoras y videojuegos, entre otros, han diversificado y multiplicado sus funciones. Se han hecho más pequeños, livianos y poderosos en calidad y eficiencia.
La vida con ellos
Oscar Alberto Gallardo Pérez, director del programa de ingeniería de sistemas de la Universidad Francisco de Paula Santander, considera que el celular se ha convertido en el “apéndice” de muchas personas, quienes no pueden vivir sin sus celulares inteligentes.
“Sin duda alguna vamos hacia una masificación aún mayor del uso de tecnología en todas las actividades de la vida cotidiana. Ello implicará una dependencia casi que absoluta a nivel mundial, personal y social”, considera el docente.
Las nuevas tecnologías aplicadas a la docencia y la vida cotidiana han generado que los procesos se hagan más fluidos y rápidos en el tiempo. Sin embargo, -advierte Gallardo- se ha generado una “desculturización” de lo local por lo global con el uso de estos aparatos cada vez más innovadores.
“Hemos cambiado costumbres, creencias, actividades y en muchas ocasiones el contacto persona a persona. La cultura local tiende a desaparecer y eso es negativo”, finalizó el académico.
Nomofobia: Abuso en el uso de celulares
Una investigación realizada por la Fundación Universitaria del Área Andina de Bogotá, analizó la dependencia del uso del celular y su influencia en el rendimiento académico de jóvenes universitarios.
En dicho estudio se concluye que el creciente uso de los celulares está desviando la atención y prioridad de los estudiantes, impactando en los resultados de sus calificaciones.
El estudio, que se realizó a un grupo de 462 estudiantes, señala que el 62,1% de los jóvenes revisa siempre su teléfono móvil antes de ir a dormir, 42,6% lo hace mientras estudia o realiza tareas y 61,3% ignora a otras personas para concentrarse en el celular.
Asimismo, evidenció que 112 de los consultados, es decir, el 23,3%, revisa de manera obsesiva llamadas, correos, redes sociales y mensajes de texto.
El mal uso del celular en clase y la dependencia de las redes sociales para actividades diferentes a lo académico llevan al fracaso a muchos estudiantes, quienes pierden las asignaturas que requieren de análisis, como matemáticas y lecto-escritura”, aseguró José Gerardo Cardona, director de la investigación.
El estudio también reveló que el 47,6% de las personas encuestadas se despierta temprano a usar el celular y 83,7% considera que le está dedicando muy poco tiempo a su preparación académica.
Más del 50% de los entrevistados temen que su vida sin el celular sea aburrida y vacía. La mayoría se sienten ansiosos, nerviosos o deprimidos si no lo utilizan.
Actualmente el teléfono móvil ha modificado el estilo de vida de adultos, jóvenes y niños, cuyo fin es el de facilitarnos la vida. “El problema actual que tenemos es que en lugar de tener contacto personal, este se realiza por medio de él, causando problemas adictivos y dependencia al uso del móvil llamado nomofobia (trastorno que sufre la persona, sin saberlo, por desear estar a toda hora conectada al teléfono móvil)”, agregó Cardona.