Los favores concedidos por José Gregorio Hernández son conocidos no sólo en Venezuela, de donde este médico devenido en santo por devoción popular es oriundo, sino también en Colombia y diversos países del mundo.
“En mi familia José Gregorio nos ha hecho dos grandes milagros, y mi mamá fue el eje de ambos”, cuenta Juana Moreno, quien a sus 76 años recuerda que cuando era niña su madre fue sometida a una operación de vesícula en medio de la cual el médico le encontró lesiones cancerígenas en el colon y dispuso todo lo necesario para operarla de nuevo más adelante.
“Ella era muy devota de José Gregorio y le pidió que redujera las lesiones hasta hacerlas desaparecer, rezaba todos los días con fe(…) cuando le hicieron los exámenes preoperatorios para intervenirla del colon, los médicos no encontraron evidencias de ninguna anormalidad. Luego de eso, vivió una vida plena y falleció mucho tiempo después, a los 83 años de edad”, relata.
El segundo milagro en la vida de Juana Moreno también vino de la mano de José Gregorio, ahora en beneficio de su hijo menor, quien tras un accidente sufrió desplazamiento en la tercera vértebra cervical.
“Yo llamé a mi mamá angustiada y llorando. Le decía lo que los médicos me habían dicho, que el niño podía quedar paralizado del cuello para abajo. Ella pasó toda la noche rezando fervientemente a José Gregorio para que sanara a mi niño y al día siguiente cuando llegaron los médicos para la junta, la radiografía con el desplazamiento de la vértebra no apareció por ninguna parte. Tomaron una nueva radiografía y el niño ya no tenía nada”, dijo emocionada.
Para el presbítero Lucio León, párroco de la Catedral de San Cristóbal, el anuncio de beatificación ha traído esperanza, no sólo a los venezolanos, sino a muchos creyentes, pues es la figura de alguien que enseña que desde lo cotidiano es posible ver realmente la presencia de Dios, más aún en tiempos de pandemia.
Confía en que su incorporación formal a las iglesias aleje a sus fieles “de prácticas que no son buenas”, refiriéndose a la creencia popular de buscar la intervención de médiums y “brujos” para obtener favores de Hernández.
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Elena Rodríguez, dedicada a la venta de imágenes de santos, dice que durante los días del anuncio aumentó la venta de estatuillas, relicarios y retratos de José Gregorio y esperan que para abril, durante el acto formal de elevación a los altares, se repita el fenómeno.
Con su beatificación, Hernández pasa de los altares hogareños a los de la iglesia. En algunos templos y Santuarios ya se tiene la imagen del Dr. José Gregorio Hernández y muchos fieles le veneran, aunque el Obispo del Táchira aclara que hasta que no se lleve a cabo la ceremonia formal, no se le puede hacer culto públicamente.
Cronología de una devoción
Durante los días del anuncio, aumentó la venta de estatuillas, relicarios y retratos
Durante muchos años, los auspiciadores de su causa intentaron reunir los estrictos requisitos para que entre sus muchos favores, fuese reconocido un milagro que le abriera las puertas de la santidad ante los ojos del vaticano y toda la iglesia católica.
Ello ocurrió el pasado 27 de abril cuando la Comisión Teológica del Vaticano aprobó el milagro del venerable José Gregorio en la curación de la niña Yaxury Solórzano, quien en 2017, recibió un tiro en la cabeza durante un asalto en el que intentaban robar la moto de su papá.
Luego el 19 de junio, en su audiencia con el Cardenal Ángelo Becciu, el Papa (Francisco) autorizó los decretos que darían a la Iglesia cuatro beatos, entre ellos José Gregorio.
“Dada la aprobación de ser beatificado, ha sido una gran noticia y de gran alegría para todos, ya que no solo ha sido motivo de alegría para Venezuela, sino para el mundo donde es reconocido.”, dijo el obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta.
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A finales de octubre pasado, toda Venezuela y miles de feligreses en diferentes latitudes se paralizaron durante la transmisión en línea del acto de exhumación de los restos de José Gregorio, ceremonia que se llevó en la iglesia de La Candelaria en Caracas.
Cambio de look
De la imagen que tradicionalmente han venerado los devotos de José Gregorio Hernández, la Iglesia ha optado por un radical cambio de look.
En primer lugar, el traje negro fue cambiado por una bata de médico, para enfatizar su profesión, que ejercía en vida también a favor de los pobres y los desamparados. Inicialmente, el sombrero negro fue cambiado por uno blanco, pero ahora no lo usará.