Un preocupante panorama en materia de consumo de licor por parte de menores se evidenció en el ‘II Estudio de consumo de alcohol en menores en Colombia’. La edad promedio de inicio de ingesta de licor está en los 12 años.
A esta alarmante situación se suma que el 22% de los menores reconoció en el estudio de la Corporación Nuevos Rumbos y Bavaria, que la última vez que tomó bebidas embriagantes lo hizo en su casa, el 38% en compañía de familiares y el 46% en presencia de sus padres. No es un dato menor que más del 10% consumió en sus colegios.
Y es que el documento deja al descubierto que siete de cada 10 menores de edad han probado licor en alguna oportunidad, mientras que el 55,7% acepta que lo consume en la actualidad.
Más allá del consumo, genera inquietud que el 51% de los menores asegura que ha comprado este licor en distintos establecimientos sin ningún problema, a pesar de las restricciones legales para la venta. A ello se suma que el 66,3% indica que lo adquirió por pedido de un adulto.
El 10,7% de los menores dice que ha tomado varios días seguidos, mientras que el 41,3% dice que toma máximo dos tragos por ocasión, días antes de las fiestas de Fin de Año, donde se dispara el consumo.
Sin embargo, es de resaltar que el número de jóvenes que consume bebidas embriagantes y los problemas asociados a este tema han disminuido en los últimos 10 años.
Medellín, con el mayor número
Medellín aparece como la ciudad con mayor proporción de comportamientos problemáticos, como beber alcohol durante varios días seguidos, consumir antes y durante el tiempo en el colegio en comparación con las otras ciudades.
Bogotá, Bucaramanga, Cali y Tunja, por su parte, fueron las otras ciudades que mostraron un mayor porcentaje de estudiantes que han consumido alcohol en las instituciones educativas. Sabanalarga se mantiene como el municipio con los porcentajes más bajos.
Por su parte, Florencia (Caquetá) es la ciudad en donde se le vende mayor número de productos alcohólicos a menores de edad, mientras que Tunja (Boyacá) es la del menor promedio de inicio con 11 años.
Sabanalarga (Atlántico) en esta oportunidad ocupa el primer lugar en donde mayor número de menores que ha consumido alcohol en presencia de sus padres, al tiempo que Bogotá registra el más alto porcentaje de niños que ingieren en compañía de otros familiares.
Puerto Boyacá (Boyacá) se posiciona como el municipio en donde más se les pide a los menores que compren bebidas alcohólicas y Cali es donde más adolescentes consumen solos.
Acciones frente al consumo
Jorge Bedoya, director de la Fundación Bavaria, aseguró que estas cifras son “preocupantes y evidencian una tendencia de consumo de alcohol de menores de edad en el país”, por lo cual informó que ya trabajan en el diseño de medidas para atacar este fenómeno de frente.
“Generaremos una alianza público-privada, no solo con quienes producimos estos productos sino con los que los venden, los que regulan su comercialización y la comunidad, con miras a extender un mensaje más contundente de que el consumo y la venta de estos productos en menores de edad está prohibido”, puntualizó.
Agregó que con el apoyo de Fenalco y su programa Fenaltiendas, se realizarán jornadas de sensibilización y de capacitación con tenderos y comerciantes en Bogotá, Barranquilla, Medellín y Cali a través de la cual se entregarán materiales pedagógicos a 5 mil tenderos y serán capacitados 500 detallistas en 20 jornadas de formación.
Niños son víctimas ante el consumo
El coronel Paulo César Cruz, director de Protección y servicios especiales de la Policía, informó que desde todo punto de vista a los niños se les considera víctimas frente al consumo de alcohol.
“Muchos tenderos saben que si nos enteramos de que le están brindando licor a los menores podemos cerrarles el negocio y aun así lo hacen. Por eso, estas campañas van más allá, para que el vendedor entienda que está atentando contra el futuro del país y que tiene hijos, sobrinos o nietos, a los cuales no le gustaría ver con problemas de alcohol”, dijo.
Adicional a ello, comunicó que se trabaja en una línea de vigilancia y control con la que se pretende verificar que los menores no estén en lugares en donde se incremente el riesgo de consumo como lo es entrada a bares o discotecas, entre otros.
“Rescatamos a los menores con el acompañamiento del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), los sensibilizamos y los entregamos a los padres de familia. Quien tenga culpabilidad en la infracción de la ley será detenido y judicializado respectivamente”, indicó el coronel.
Diana María Sáenz Giraldo, subdirectora técnica de la dirección de la Niñez y Adolescencia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-sede Bogotá, aseguró que este estudio demuestra avances, pero falta mucho por hacer.
“Son estudios muy valiosos que nos muestran que hemos mejorado, pero también nos enseñan que nos falta mucho por hacer desde la corresponsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado para reducir estas cifras”, dijo la funcionaria.
Además, dijo que desde su entidad se trabaja en la prevención de estas situaciones de manera integral, enfocándose en el asesoramiento de los menores para que lleven una vida sana alejados de estos excesos.
Ante este panorama, y con ocasión de las festividades de fin de año, pidió a los padres y adultos en general que estén pendientes de los menores para evitar que estén solos y en lugares en donde puedan hacer consumo de estos productos sin ningún control.