Tener un perro o un gato en casa significa saber que, aunque son animales, son seres que también sufren y sienten.
Suelen familiarizarse rápido al ambiente en el que están, por eso en algunos momentos toman posesión de nuestro hogar porque a ellos también les pertenece.
Sin embargo, existen personas que no solo se conforman con tener un animal en casa y por varios motivos deciden que es momento de tener más de una mascota.
Pero este proceso en ocasiones no resulta muy fácil, existen perros y gatos, o solo perros que no pueden compartir un mismo espacio.
Los celos, el temor a perder su posición, territorio y la invasión de sus espacios, puede generar reacciones agresivas en la primera mascota.
Según la médica veterinaria Carolina Álvarez Arroyave, del Hospital Veterinario Universidad de Antioquia, estos problemas pueden solucionar con una serie de procedimientos para que las mascotas se conozcan y se adapten.
Cuando un perro acepta a un gato
Lo más importante es el reconocimiento, el perro es muy curioso y hay algunos que tienen instinto cazador y querrán lanzarse sobre el gato o gata.
Para evitar esto, hay que ubicar al felino en una habitación de la casa que tenga puerta y mantenerla cerrada para que las dos mascotas se huelan por debajo.
Como este proceso puede durar varios días, el gato debe tener su propia comida y agua en la habitación, así como la caja de arena para sus necesidades.
Otra de las cosas que usted puede hacer es mostrarle al perro la cobija en la que ha dormido el gato y viceversa para que los dos reconozcan el olor.
Según la doctora Álvarez, este es un proceso en el que los gatos acumulan mucho estrés, el cual se puede minimizar con feromonas para que se tranquilicen.
Preséntele el gato al perro, es necesario que tenga a los dos y a cada uno los acaricie por igual. Indíquele a su perro que él no le hará daño y evite que cada uno tenga una mala reacción ante cualquier movimiento que hagan.
No cambie los hábitos que ha tenido con el perro, juegue con él, sáquelo a pasear, no cambie su comportamiento.
Cuando los dos no se gruñan a través de la puerta, es hora de que convivan juntos, pero manténgalos vigilados.
Cuando el perro acepta a otro perro
El procedimiento es completamente distinto. Entre los perros, el problema es el territorio.
La presentación de las mascotas se debe hacer en un terreno neutral.
Lo más recomendable es que sea en un espacio abierto fuera de la casa, asegúrese de poner su respectivo collar a cada perro para evitar una pelea.
Permita que se huelan, que sea un encuentro casual ,así se conocen.
Si alguno tiene una reacción violenta, aléjelo e intente calmarlo.
Después de la aceptación, es hora de llevarlos a casa. Asegúrese que tengan su correa para corregirlos ante cualquier situación.
Tenga en cuenta que los dos perros deben tener su recipiente para comer, para tomar agua y sus camas distintas. Ubíquelos en lugares distintos.
Ellos, por su instinto animal, determinarán quién es el líder en el hogar.
Además, asegúrese que los dos estén sanos y no tengan enfermedades que puedan afectarlos a cada uno.
Álvarez recomienda que los caninos deben estar castrados en cualquier caso (perro y perra, perro y perro, perra y perra) para facilitar el manejo territorial y evitar enfermedades a futuro.