El océano es un cuerpo continuo de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra. Las corrientes oceánicas regulan el clima del planeta y albergan millones de especies de vida marina.
El 80% de la contaminación en los océanos la produce el ser humano. Aproximadamente ocho millones de toneladas de nuestra basura acaban en el mar; lo que desencadena una serie de problemáticas entre ellas, el peligro que corren las aves al quedar atrapadas en desechos plásticos en su intento de alimentarse o la situación que enfrenta los pescadores quienes, en su labor solo encuentran basura en sus redes.
Si la situación no mejora se estima que habrá aproximadamente 32 millones de toneladas de desechos en los océanos para 2050, por lo cual se estima que, en términos de peso, habrá más plásticos que peces en para ese año, afirma la ONG Green Peace.
Aunque el panorama luce desolador, la empresa de acueducto, alcantarillado y aseo de Barranquilla y 14 municipios del departamento del Atlántico Triple A, respalda y acompaña los procesos de cuidado de las fuentes hídricas de nuestro país, proponiendo los siguientes hábitos sencillos que pueden tener un impacto positivo en los océanos del mundo:
Reducir el consumo de energía:
En estos tiempos de teletrabajo donde el consumo de luz ha aumentado notablemente, es importante crear estrategias que disminuyan el impacto ambiental, por ejemplo, se recomienda el uso bombillas LED, las cuales consumirán menor energía y tendrán una mayor duración.
Utilizar el modo nocturno de los dispositivos electrónicos y dejarlos desconectados cuando ya no se estén utilizando, puede ayudar a preservar el planeta. La reducción de consumo de energía aporta a la mitigación en el cambio climático que a su vez evita impactos negativos en zonas polares, donde se ubican los oceanos Ártico y Antártico.
Utilizar menos productos de plástico
Los plásticos que terminan como basura en el mar contribuyen a la destrucción de los hábitats y pueden provocar la muerte a miles de especies marinas cada año. El consumo de estos materiales en animales genera bloqueos en su sistema digestivo. Los trozos afilados de plástico también pueden perforar la pared intestinal causando infecciones de resultados mortales.
Algunos hábitos sencillos que se pueden implementar para preservar la vida en el mar son: Remplazar el uso de vasos y botellas de plástico, por recipientes de vidrio; usar bolsas reutilizables, disminuir el uso de pitillos, reducir el consumo de paños húmedos y toallas sanitarias y guardar los alimentos en recipientes de larga duración.
Manejo adecuado de desechos
Es importante para la vida marítima encontrar el lugar adecuado para desechos como aceites, baterías, medicamentos vencidos e incluso electrodomésticos, los cuales tienen un tratamiento especial y tienen procesos diferentes al cumplir su vida útil.
Gran parte de ese tipo de elementos terminan en canalizaciones hídricas que desembocan en el mar.
Reducir el número de desechos
En el afán consumista que envuelve la sociedad actual, vale la pena formular dos preguntas antes de deshacerse de lo que a primera vista puede ser innecesario ¿Realmente está listo para ser desechado? y ¿Se puede reutilizar?
Validando estas interrogantes queda la puerta abierta para hacer un ejercicio eficiente de reciclaje donde la clave está en separar de manera adecuada lo orgánico, de lo no orgánico y así dar oportunidad a un proceso de descomposición adecuado.
Este aspecto es vital para Zandra Matilla, gerente de aseo de Triple A, quien comenta: "En este sentido es importante seguir trabajando en conjunto con las instituciones, desde casa con las familias, con las industrias y con las autoridades en la cultura del buen manejo de los residuos sólidos y su aprovechamiento”.
Consumo responsable de pescado
Algunas especies marinas están desapareciendo rápidamente debido a su alto consumo, la pérdida de su hábitat y las prácticas de pesca poco amigables con el medio ambiente. Se recomienda estar informados sobre las especies en vía de extinción para proteger los ecosistemas marinos.
En la actualidad, la Ley 30 (1990) de Colombia, tiene por objeto regular el manejo integral y la explotación racional de los recursos pesqueros con el fin de asegurar su aprovechamiento sostenible.
El propósito de estos consejos es apropiarse de ellos de manera individual para así compartirlos en otros entornos. Reconocer la importancia de los océanos es conectarse con la vida en diversos entornos y aportar a un mundo más sostenible.