Expertos sostienen que con pequeñas acciones individuales, se pueden contrarrestar las emisiones de gases que producen las personas en su día a día, teniendo así incidencia y aportando un grano de arena al mejoramiento del medio ambiente.
La organización Gestión de Riesgos Sostenibles (GRS), explica cómo desde la cotidianidad se pueden adoptar comportamientos que ayuden a mitigar las consecuencias y adoptar una postura responsable frente a este tema vital para los seres humanos.
Sergio Isaza Bonnet, fundador y gerente de Gestión de Riesgos Sostenibles (GRS), dijo que resulta difícil comprender la magnitud y la importancia de la situación ambiental que está viviendo el hombre en estos tiempos.
“Más allá de las noticias y los informes que vemos cada día en cuanto a deforestación, escasez de agua potable, el derretimiento de los polos, el exponencial deterioro de la calidad del aire o la permanente contaminación de los océanos; es importante entender y asumir la responsabilidad individual que cada uno de nosotros tenemos para reducir los catastróficos efectos del cambio climático”.
En ese sentido explica que GRS, está proponiendo cinco cambios personales para compensar o reducir la huella de carbono:
El primero de ellos es cocer nuestras emisiones individuales: aquí lo conveniente para generar un cambio, es reconocer el problema y entender el impacto individual que se refleja en el medio ambiente.
Explica que la huella de carbono es equivalente a los gases de efecto invernadero que cada persona produce; se mide en toneladas o kilos de dióxido de carbono y varía dependiendo de las actividades anuales.
Factores como la frecuencia de los viajes en avión o automóvil, el tiempo de duración en la ducha, la dieta o la forma de consumir los alimentos, el tipo de ropa o cosméticos que se usan, influyen en el impacto ambiental.
Así, el promedio anual de emisiones de carbono por persona es alrededor de 6 toneladas de CO2, lo que equivale a 72 árboles que deberían ser plantados por cada persona para eliminar su huella de carbono.
“Existen diferentes aplicaciones para teléfonos móviles como: Green Solutions, CO2cero, UDEG sostenible, entre otros, que permiten a los usuarios calcular su huella de carbono y además, proponen actividades que ayudan a remediarla con ideas como adoptar plantas endémicas o desarrollar un cronograma para plantar un determinado número de árboles para contrarrestar las emisiones”, explica el experto.
El segundo cambio es emplear una movilidad más sostenible: El sector de transporte supone un 25% de las emisiones totales del país, siendo la industria donde más gases contaminantes se registran y en su mayoría por vehículos particulares.
Contrario a lo que muchos piensan, el sistema de transporte público representa una solución importante para la reducción de emisiones de CO2. Sin embargo, las patinetas eléctricas, las bicicletas, los carros híbridos o prácticas como el auto compartido son las propuestas que mayor cambio significan en cuanto a reducción de gases contaminantes. Por eso la invitación es sacar la bicicleta, compartir el recorrido con un compañero de trabajo o tal vez caminar distancias razonables.
Proyectos sostenibles es la tercera acción: Iniciativa diseñada para grandes empresas y la regulación del impacto ambiental que tienen sus actividades mercantiles. Aquí, como como consumidores podemos hacer aportes voluntarios destinados a proyectos sostenibles diseñados por empresas públicas y privadas para reducir sus emisiones de carbono.
En cuarto lugar está el consumo responsable: No se trata de hacer grandes cambios y modificar nuestro estilo de vida, sino regular el consumo y enfocarlo hacia actividades más sostenibles. Debemos conocer las empresas a las que les estamos comprando; saber sus proyectos y la forma en la que invierten sus ingresos.
Muchas marcas de ropa están fabricando camisetas, sacos y bufandas a partir de botellas de plástico sacadas de los océanos, ese tipo de organizaciones son las que valen la pena para focalizar las compras. Adoptar prácticas cotidianas como el uso de termos en lugar de botellas o bolsas de tela en lugar de plástico, son artículos que ayudan a reducir significativamente la contaminación.
La quinta acción propuesta es desconectarse de los dispositivos: Es una actividad sencilla, pero fundamental para generar un cambio en la huella de carbono. Los cargadores y cables siguen consumiendo energía a pesar de estar en reposo, una opción muy práctica es una barra de multicontacto, que permite desconectar varios dispositivos a la vez.
“Electrodomésticos como secadoras de pelo o de ropa son especialmente contaminantes ya que producen grandes cantidades de dióxido de carbono. Al no utilizarlos con tanta frecuencia o implementar soluciones de secado naturales como un tendedero, reduce el consumo de energía en el hogar y ahorra una cantidad significativa en la cuenta de la luz”, puntualizó Sergio Isaza.
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