El Gobierno de Malasia indicó este martes que devolverá 60 contenedores con un total de 3.000 toneladas de plástico no reciclable a sus países de origen, tras un primer envío a España, debido a que fueron importados de forma ilegal.
Aunque no precisaron la fecha, las autoridades adelantaron que un primer grupo de 10 contenedores con 450 toneladas de plástico contaminante serán fletados a Estados Unidos, China, Australia, Canadá, Japón, Arabia Saudí y Bangladés.
El pasado 29 de abril, Malasia devolvió cinco contenedores con plástico contaminante a España, el primer envío a un país de origen de estos residuos ilegales.
"Seguiremos deshaciéndonos de las importaciones de residuos plásticos contaminados. Estos contenedores entraron en el país con declaraciones falsas y otras irregularidades que vulneran nuestra ley medioambiental", dijo en un comunicado Yeo Bee Yin, ministra de Energía, Ciencia, Tecnología, Medio Ambiente y Cambio Climático.
"Se trafica basura con el pretexto del reciclaje. Los malasios tienen que sufrir el aire de mala calidad debido a la quema de plásticos que provocan problemas de salud", agregó la ministra.
Desde que China prohibió a finales de 2018 la importación de residuos plásticos no reciclables, el tráfico se desvió en gran parte a países del Sudeste Asiático como Malasia, Filipinas e Indonesia.
Según datos de Greenpeace, las importaciones de residuos plásticos en Malasia se han multiplicado desde el veto chino, siendo Japón, Estados Unidos y el Reino Unido los principales exportadores entre enero y julio del pasado año.
Las autoridades malasias señalaron que el Departamento de Medio Ambiente intensificó desde julio del año pasado las medidas contra la importación de plástico no reciclable de países como Reino Unido, Holanda, Alemania, Singapur, Noruega y Francia.
Según una enmienda del Convenio de Basilea, ratificado por 186 países y la Unión Europea -Estados Unidos es una notable ausencia-, está prohibida la exportación de residuos tóxicos de países desarrollados a otros menos desarrollados.
El Convenio de Basilea, que entró en vigor en 1992, nació a partir del aumento del "colonialismo tóxico", es decir, el envío de residuos tóxicos de países ricos a pobres.