A través de un documento entregado por sus abogados, el general (r) Paulino Coronado Gámez, excomandante de la Trigésima Brigada del Ejército con sede en Cúcuta, aclaró que su reconocimiento de falsos positivos ante la Sala de Reconocimiento de Verdad, de la JEP, fue a titulo de omisión.
El militar en retiro ha sido noticia en las últimas horas debido a que se convirtió en el oficial del Ejército Nacional de más alto rango en aceptar su participación en falsos positivos en todo el país, en su caso durante los años 2007 y 2008.
“Como lo he expresado ante los magistrados, quienes lo contrastaron, nunca ordené, planeé o instigué la muerte de ninguna de las víctimas causadas por los miembros del Ejército; pero, como una obligación con mi familia, las víctimas y el país, he decidido aceptar la responsabilidad a título de omisión en tales hechos”, expuso el general (r) en el documento.
En esa línea, el exalto mando del Ejército aseguró que decidió asumir la responsabilidad en 247 casos de falsos positivos (120 en Catatumbo y 127 en la región Caribe) junto a otros 20 militares, al concluir que este tipo de hechos del conflicto son resultado de todos los que han tenido mando y el poder para ir más allá de las obligaciones escritas y “no lo hicimos, o lo realizamos tardíamente”.
“Acepté los cargos a título de omisión como comandante de la Brigada Treinta; a la vez que ofrezco mi concurso para que las generaciones presentes, los futuros líderes y los que hoy nos guían entiendan que son y serán responsables por lo que hacen y por lo que dejen de hacer”, apuntó el exmilitar.
Así, el general (r) expuso que su decisión de asumir la responsabilidad la tomó debido a que fue quien estuvo al mando de la Trigésima Brigada del Ejército Nacional cuando ocurrieron los asesinatos de civiles que fueron presentados como bajas dadas en combate.
“Mi reconocimiento de responsabilidad es una convocatoria a los líderes y a los que han ostentado posiciones de mando y poder en nuestro país, para que reflexionen sobre lo que han dejado de hacer, lo que han dejado pasar al avalar, probablemente desde la buena fe, aquellas acciones funestas que hoy se conocen plenamente y que son aceptadas por los autores materiales”, agregó.
Al final del documento, el general (r) Coronado reiteró que si su salida del Ejército (en octubre de 2008) sirvió para que se detuviera esa “nefasta y abominable práctica” –que considera que desdibujó la imagen del Ejército–, asumirá el llamado a calificar servicio y los señalamientos.
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