Somos 11.671.420 colombianos los que estamos hastiados de la corrupción en nuestro país. Nos cansamos de que unos pocos continúen desangrando el dinero público de sus compatriotas. No es posible que personas inescrupulosas roben cerca de 50 billones del erario, recursos que deberían estar dedicados a programas tan importantes como la alimentación escolar (PAE), que diariamente afecta en el país de manera directa a 8 millones de niños. El pasado 26 de agosto dijimos: ¡no más!
En una votación sin precedentes, la mayor que ha habido en nuestro país, bajo unas condiciones desfavorables -tres votaciones en siete meses-, además de ser unas elecciones en frío, donde la “maquinaria” no iba a invertir ni un solo peso, el clamor de la ciudadanía se hizo sentir. Por eso, y aunque no tiene efectos jurídicos inmediatos, el político no se hizo esperar; muestra de lo comentado es la reunión el pasado miércoles en la Casa de Nariño de todas las bancadas del Congreso con el Presidente de la República. Finalmente, el Presidente Duque, actuando como jefe de Estado, propició un pacto anti-corrupción, que, de salir adelante, estará aprobado antes de diciembre del presente año.
El mundo destacó el resultado de la consulta. Diarios como el Washington Post, New York Times, El País de España y hasta la cadena de televisión catarí, Al Jazerra, destacaron que, a pesar de no alcanzar el umbral, los resultados no podían ser desconocidos. Así, se observa que este hecho político ya no es exclusivamente del país, a la comunidad internacional le interesa lo que sucede en Colombia. Es en parte por eso que los proyectos que se presenten y que van a desarrollar los puntos de la consulta, deben ser debatidos en el Congreso de una manera seria, responsable y, sobretodo, sin contratiempos.
Por lo anteriormente expuesto, hago un llamado a que nosotros, los ciudadanos, nos apoyemos más en las herramientas que tenemos hoy en día para hacernos sentir. Escribamos derechos de petición al Senador o Representante por el que votamos, pidiendo que apruebe las iniciativas. Además, usemos las redes sociales -Facebook y Twitter- para exigirles a los parlamentarios y al Estado que nos cumplan.
No debemos ser indiferentes ante la situación que vive hoy el país. Esta consulta unió a todos los colombianos sin importar su espectro ideológico. La corrupción sólo se acabará cuando acabemos la cultura clientelista y logremos un cambio en la conciencia colectiva.