Esta semana muchos se preguntan, cual es el futuro del Partido Liberal. Ya no podemos acudir al oráculo de Delfos para saberlo; así que lo único que nos queda es la tristeza del tiempo presente de un partido tan antiguo en Colombia, con tanta trayectoria, que ha defendido las causas de la paz, la justicia, las víctimas, las minorías, del medio ambiente, de la equidad social, desde las instituciones y no desde las armas, hoy esta reducido al personalismo, marginado de la competencia política y sin vocación de poder.
Desde hace mucho tiempo advertí lo que pasaría si se tomaban decisiones equivocadas dentro del Partido Liberal, sin ser escuchado. Esta vez, la receta fracasada de 2010 con Rafael Pardo, tuvo como protagonista a Humberto De La Calle, que terminó víctima de César Gaviria y de su decisión de abandonarlo a su suerte, cuando antes de primera vuelta le dijo a Yamit Amat que se irían con el uribismo en segunda vuelta. Por esa razón, el pasado 27 de mayo, los resultados a duras penas alcanzaron el 2% de la votación.
Sin rubor alguno, luego de esas elecciones, el Partido Liberal anunció su apoyo al candidato uribista que representa la antítesis de las ideas liberales y de las causas del liberalismo. Busca montarse en un triunfo que no le pertenece, sin asumir la responsabilidad de su derrota, la urgencia de modernizarse, renovarse y darle oportunidad a nuevas generaciones para que hagan política. Probablemente luego de este anuncio, el partido llegará a unos acuerdos mecánicos con el gobierno de turno, pero definitivamente no logrará trascender el plano ideológico.
Esta es una situación lamentable, el partido al calor de la coyuntura se acomoda para preservar una cuota de poder. La credibilidad y la confianza de sus bases se perdió. El Partido Liberal prefirió traicionar al liberalismo y aliarse con el uribismo, conservatismo, pastranismo... la extrema derecha de Colombia hoy.
Por eso, los invitamos a todos a que nos acompañen a construir un Nuevo Liberalismo que vuelva a ser mayoría en Colombia, pero una mayoría renovada, fresca, incluyente, transparente, de cara a la gente, firme en los principios y convicciones liberales, coherente y consistente, que piense y sienta por el bienestar de todos los colombianos. Como liberal, NO me siento representado por el Partido “ex-liberal”. Si sienten en su corazón la indignación, pero también el fervor de las causas liberales los espero en el Nuevo Liberalismo.