¡El infierno! Eso fue lo que vivieron el pasado 4 de septiembre en la Estación de Policía de San Mateo en el municipio de Soacha, jóvenes detenidos y sus familias. El único responsable de esta atroz tragedia, es el Estado colombiano. En un escalofriante video revelado en redes sociales se muestra el drama que llevó a la muerte ese día a un joven que se encontraba privado de la libertad y nueve más, que fallecieron días después. Según las autoridades los hechos se originaron luego de que en señal de protesta porque la Policía no permitía las visitas, los jóvenes les prendieron fuego a unas cobijas en la celda.
Si bien era temerario prender fuego a una cobija, la conducta revela el grado de desesperación de los jóvenes por no poder ver a sus familias; pero lo escalofriante y que demuestra la falta de responsabilidad de los miembros de la Policía que se encontraban en el lugar, es que no hayan auxiliado a estas personas que estaban bajo su custodia. Los dejaron a su suerte, encerrados y, peor aún, con sus familias en el sitio de la tragedia presenciando minuto a minuto todo lo que pasaba. Fue desgarrador ver a una madre intentando apagar el fuego desesperadamente con una manguera que le rapaban ¿Es esa la cultura de respeto por los derechos humanos que tiene nuestra Fuerza Pública?
El presidente de la República ignorando lo que sucedió, en una nueva muestra de desconexión, indicó que “muchas veces hay abusos, que son intolerables, pero muchas veces esos hechos son minúsculos frente al esfuerzo que se hace todos los días por parte de ellos”. Pareciera que el primer mandatario ignorara que varias personas han muerto en los últimos meses, por lo que él califica “manzanas podridas” y que no sólo en Colombia sino en países como Estados Unidos ha causado indignación y una amplia ola de protestas. La pérdida violenta de una vida, jamás podrá recibir el calificativo de “abuso minúsculo”.
Lamento decirlo, señor Presidente, pero está equivocado y es irónico que en su gobierno unas instituciones como la Policía y el Ejército, que hasta hace unos años eran las más apreciadas por todos los colombianos, tengan las marcaciones más bajas de favorabilidad en décadas. Eso demuestra que para gobernar debe liberarse de su estado de aislamiento, escuchar y tomar acciones concretas, donde se vea que al menos tiene voluntad de “enderezar” como lo dijo su propio mentor. Por supuesto, el significado para nosotros de “enderezar” tiene otro significado.
Presidente, no permita que la ciudadanía pierda la confianza en la Policía, en las Fuerzas Armadas y en la Fiscalía. Estas son parte de la columna vertebral de nuestro país, y su tolerancia, ¿acaso su complicidad?, en ese intento sistemático del exsenador Uribe y el Centro Democrático por politizarlas, es una gravísima amenaza en contra de nuestro sistema democrático.