Mientras tanto, ¿qué estará pasando en el país vecino? Por algunos días le hemos perdido la pista a los acontecimientos recientes en territorio venezolano y nos hemos ocupado poco de saber cómo evoluciona su situación en medio de la revolución.
Para comenzar, creyéndole a las cifras que entrega el gobierno, el número de casos registrados de Covid-19 son bien bajos comparados con nosotros y otros países del continente. Hasta el día anterior el número de reportados al centro de información de coronavirus de la universidad John Hopkins era de 58.663 y ubica a ese país en el lugar 51°. Sorprende el escaso reporte de contagiados. Para algunos es producto de las fuertes medidas de confinamiento impuestas por el gobierno, otros por el contrario piensan que hay registro incompleto, sabidas las condiciones sanitarias del país desde antes de la pandemia.
En lo político la noticia más relevante por estos días en la convocatoria a elecciones el 6 de diciembre para elegir una nueva Asamblea Nacional. Como sabemos, el poder legislativo es el único baluarte de la oposición y cuyo presidente hace las veces de presidente paralelo contando con el apoyo y reconocimiento de varios países. Así que, Nicolás Maduro ha blandido una estrategia para hacerse al dominio de esa célula gubernativa que por ahora no maneja de acuerdo con sus intereses.
Ante esta convocatoria las fuerzas de oposición que alguna vez estuvieron cohesionadas se han manifestado en diverso sentido con respecto a la estrategia del gobierno de Maduro, poniendo de manifiesto fisuras muy grandes, con intereses particulares por parte de quienes conforman los bandos contrarios al gobierno. Juan Guaidó insta a no participar en esas elecciones, por el contrario otro reconocido líder, Enrique Capriles está de acuerdo con participar para enfrentar con los votos a los chavistas. Del mismo pensamiento es María Corina Machado quien orienta su propia corriente opositora. Otros grupos minoritarios también han tomado partido en uno y otro sentido. Lo más grave de esta nueva situación es que ha virado hacia las ofensas y descalificaciones de tipo personal, con signos de poco interés por la reconciliación.
De tal forma, se advierte una marcada división de las fuerzas que se oponen al régimen y esto abre la compuerta para que Maduro se apodere de la Asamblea Nacional. Se recuerda que la postura de la oposición de no participar en las elecciones ya tiene sus antecedentes y tuvo como consecuencia que el gobierno chavista se afianzara en el poder. Se alega por parte de los que se abstendrán que esta es otra elección viciada, ilegítima y fraudulenta. Por su parte Maduro se ha apresurado a pedir el acompañamiento de observadores de la Unión Europea y Naciones Unidas para darle visos de legalidad.
Como consecuencia de ello se concluye “Si Maduro consigue que estos observadores de ese nivel reconozcan la elección, resultaría imposible que la actual AN extendiera su periodo ya que no sería reconocida por estas dos importantes instancias, así tenga el apoyo de Estados Unidos” Estas son expresiones de Francisco Olivares en las páginas editoriales de El Universal de Caracas. Quien remata así su comentario “Si la oposición va separada, sin una acción conjunta, Nicolás Maduro habrá triunfado, la decepción y la desesperanza que es del 80% de los venezolanos va a ser aún mayor y el retroceso político para el cambio se hará sentir es esa población cada día más escéptica”. Grave situación para nuestros vecinos. Así están las cosas.
