Superada la primera etapa de la campaña presidencial vale la pena echar una mirada retrospectiva sobre los detalles de la misma:
1. Sea lo primero anotar la proliferación de debates y foros con los candidatos que, en el último de ellos, desarrollado el viernes pasado, se habló de 36 mal contados, algo nunca visto, donde observamos algunos planteamientos muy bien formulados, otras propuestas daban la impresión de haber sido acogidas en el desarrollo de la campaña, otros hicieron énfasis en la educación como si fuera el único tema del ejercicio presidencial, pero caló en el electorado.
2. Al candidato Iván Duque se le enrostró insistentemente que el expresidente Álvaro Uribe Vélez gobernaría a través de él, como si fuera candidato exclusivo de un partido político y no de una coalición democrática, creyendo, ilusos, que los presidentes de la República son independientes. Esto me hace acordar de una tertulia entre los exsenadores Roberto Gerlein Echeverría y Víctor Renán Barco, donde discutían quién ejercía realmente el poder en Colombia, y concluyeron: la embajada americana, los muy ricos, los medios de comunicación y luego, en forma horizontal, la presidencia de la República y los jueces. No aparece el Congreso porque ha cedido muchas competencias. Entonces, ¿los candidatos diferentes a Iván Duque serían independientes?
3. En el debate que organizó el periódico El Tiempo el jueves pasado fue reconfortante escuchar al candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro, en el sentido que la convocatoria que hizo a sus “colectivos petristas” para que acometieran la “acción intrépida” por toda Colombia, se trataría de una gran “fiesta popular” por su seguro triunfo en la primera vuelta, el cual obtuvo. Petro acató el llamado de atención de los demás candidatos, columnistas, medios de comunicación, etc., en el sentido que había que respetar la institucionalidad. Es de esperar la misma cordura y sindéresis en lo que resta de campaña.
4. Otro detalle en esta contienda electoral fue la insistencia en atacar al expresidente Álvaro Uribe -“La principal fuerza política del país desde hace varios años”- como si fuera un competidor de primera línea por la presidencia de la República. Gustavo Petro es el único colombiano que ha entendido cómo derrotar al expresidente. Se equivocan quienes creen que es difamándolo en columnas de prensa, redes sociales o comprando testigos en las cárceles.
5. También llama poderosamente la atención la inventiva de los internautas en redes sociales, cuando escriben: “Mi voto es secreto, pero voy a votar con mano firme y corazón grande” o “Vote como su conciencia le inDUQUE”.
6. Me llama la atención lo que escribió un columnista nacional: “Petro produce pánico a los inversionistas, nacionales y extranjeros, tanto que ya hay ciudades donde hablan y aplican la llamada “Cláusula Petro”, que consiste en arrendar o vender inmuebles con la condición de reversar la operación si Petro llega a la Presidencia. Petro espanta porque nada de lo construido por otro distinto a él le gusta. Punto”.
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