Miembros del movimiento Nuevo Liberalismo, han solicitado el reconocimiento de su personería jurídica. Este reclamo, dicho sin exageraciones, se funda en hechos dolorosos de la historia colombiana que han dejado cicatrices en el alma nacional, pero que hoy, marcan el horizonte de una nueva esperanza para nuestro país.
Luis Carlos Galán Sarmiento entregó su propia vida al servicio del combate contra la corrupción y el narcotráfico movido por las ideas que inspiraron al Nuevo Liberalismo. Esas ideas libertarias en contra de la inequidad y la desigualdad, así como la convicción de que Colombia solo alcanzará su madurez democrática cuando se recuperen los valores éticos en el comportamiento social de los individuos, empezando por los dirigentes de partidos políticos, fueron su sentencia de muerte en la plaza de Soacha casi 30 años atrás.
Hoy, quienes lo acompañaron en los inicios de su proyecto político, son proponentes de una nueva demanda que busca recuperar la personería que se obtuvo en 1986 y que como consecuencia directa de su exterminio físico (50 militantes asesinados en el Urabá, Puerto Boyacá y Magdalena Medio) en los años ochenta y noventa en el país, después del asesinato de su líder, no pudo mantenerse.
Prueba de ese clima de violencia, es que cuando el movimiento se disolvió para ingresar al Partido Liberal durante la campaña a la Presidencia de la República en 1989; su principal rival dentro del partido, fue Alberto Santofimio Botero, político condenado por la Corte Suprema de Justicia a 24 años de prisión por el magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento. Posterior a esto, los demás miembros del Nuevo Liberalismo, fueron víctimas de persecución, secuestro y atentados de diverso orden. Solo por honrar a algunos de ellos, recordamos a los concejales en Apartadó, y Antioquia, los periodistas Guillermo Cano Isaza y Jorge Enrique Pulido Sierra, y otros miembros que sufrieron atentados como Alberto Villamizar, Enrique Parejo, Iván Marulanda Gómez; y Maruja Pachón.
Todos estos hechos, muestran la sistematicidad de los ataques contra el Nuevo Liberalismo, solo comparable al de la Unión Patriótica, a través de aparatos organizados de poder, razón por la cual, la Corte declaró el magnicidio como un crimen de lesa humanidad. Pese a las pruebas aportadas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) negó la solicitud de restitución de la personería jurídica al Nuevo Liberalismo. Ahora, los demandantes acuden al Consejo de Estado, quien declaró que el CNE debe valorar de nuevo la solicitud inicial a la luz de consideraciones precisas impartidas por el propio Consejo de Estado. Esperamos celeridad y justicia para que el Nuevo Liberalismo reaparezca como intérprete de ese liberalismo que el Partido Liberal decidió abandonar.