Hay en este momento en el sector del gas natural una nueva propuesta tarifaria para cobrar el transporte de gas natural en el sistema nacional de transporte.

Lo triste es que para Cúcuta este debate es tan lejano como la guerra de Ucrania, pues nunca fuimos capaces de hacer el gasoducto que nos conectara al sistema nacional de transporte de gas natural, perdiendo competitividad con las demás ciudades colombianas de tamaño mediano. Lo que tenemos en Cúcuta es un sistema aislado, monopólico por naturaleza y además integrado verticalmente, lo que explica los altos precios del gas natural en el área metropolitana. No somos capaces de abocar como región grandes proyectos y nos revolcamos en la politiquería, una muestra más de porque nuestro principal senador es Alejandro Chacón.

Volviendo al tema, los sistemas de transporte de energía  buscan llevar la producción o generación de energía, en forma de moléculas de gas o flujo de electrones, a los centros de consumo. Hay dos modos físicos de hacer ese transporte (o transmisión, como le dicen en el sector eléctrico): uno es en "espina de pescado", donde desde un gran tubo o cable de origen que recoge la producción o generación, se desprenden tubos más pequeños o cables de menos capacidad a las ciudades, y el otro, es en una red anillada, donde la red se forma uniendo los tubos o cables entre sí formando anillos, lo que además da resiliencia y confiabilidad al sistema. El transporte del sistema nacional de transporte de gas natural es en espina de pescado y la transmisión eléctrica es anillada.

La forma topológica del sistema influye en la tarifa en toda la cadena de suministro. En red se cobra un único cargo de transporte a todos los usuarios del sistema, lo que evita que usuarios alejados de la producción o generación paguen más por el servicio. Pero el sistema anillado no solo es más equitativo y eficiente por tener igual cargo de transporte en todo el país INTERCONECTADO, sino que obliga a competir a las fuentes de producción o generación optimizando además el precio del energético. El sistema en espina de pescado crea "monopolios regionales" de transporte asociado con monopolios de producción o generación. En Colombia hay dos regiones de transporte de gas natural: el sistema del Caribe y el sistema del Interior. El gas natural cobra un cargo de transporte por cada uno de los tramos que se utilice, debiendo el usuario asumir todos los tramos que utilice, por lo que entre más transporte use, más paga.

La propuesta es hacer un cargo de transporte único para el gas natural como en el sector eléctrico, unificando los subsistemas de transporte de la costa atlántica y del interior del país, las dos cuencas de transporte y producción de gas natural. Pero hacer ese cambio sin antes anillar el sistema, hace que como las grandes fuentes de gas natural están en el Caribe, solo hará que se encarezca el servicio en esa región y disminuya en el interior, lo que ha producido la protesta costeña.

La regulación no ha dado señales hacia la expansión de la red de transporte y antes por el contrario la ha desincentivado al exigir altos niveles de uso del tramo construido desde el inicio. Es más el transporte de todo tipo de hidrocarburos debería salir de la regulación energética y pasar a regulación de infraestructura.

Porque los modelos económicos se pueden adoptar cuando se cumplen todas las condiciones físicas para su adecuada aplicación. No hacerlo así, como es lo usual en Colombia solo produce los Frankestein regulatorios que tanto conocemos, como dejar regiones del país no interconectadas.

Pero en la actual locura socialista de Colombia donde ni se exploran nuevas fuentes de gas natural, estos temas de eficiencia de mercado son solo ladridos a la luna. Con el actual gobierno solo se puede hablar de señales de escasez y racionamiento. Otra discusión es bizantina.

Manuel Guillermo Camargo Vega