Se acerca la hora definitiva de las elecciones parlamentarias y consultas interpartidistas y muchas cosas han sucedido en las tres formaciones que se presentarán para definir candidatos presidenciales. Si del Pacto Histórico se trata, en la llanura el grueso de la población aún no sale del asombro porque si el candidato ya está definido y es oficial, ¿por qué se presenta a una consulta? En la llamada Coalición de la Esperanza, lastimosamente se ve a leguas que no hay unión entre sus integrantes para enfrentar a la coalición opuesta, denominada Equipo por Colombia. Los debates públicos a los que han sido invitados algunos de sus integrantes han ofrecido a la galería un espectáculo inconveniente, y otros han sido ecuánimes y prudentes para responder. En la coalición Equipo por Colombia, parece que han aprovechado el espectáculo de la coalición Centro Esperanza para no incurrir en la misma conducta porque saben que eso deteriora la imagen pública.
Así las cosas, y luego de esta rauda descripción del panorama electoral, yo sigo concentrado en una buena escogencia para el Senado de la República: el académico Luis Fernando Niño López. En un artículo anterior resalté su preocupación por la educación en Colombia. En el parque La Ceiba un amigo me preguntó, ¿qué puede hacer un senador para resolver los problemas de la educación en Colombia? Le contesté lo que el presidente Misael Pastrana Borrero a Luis Carlos Galán Sarmiento cuando lo nombró ministro de Educación en 1970. Ante el asombro de Galán por su nombramiento el presidente le dijo: “No se asuste. Los problemas de la educación no los va a resolver una persona ni un gobierno ni un partido, eso es un proceso y usted aportará”.
En el ideario del futuro senador Luis Fernando Niño López también encuentro otro tema que me llama poderosamente la atención: el respeto a la institucionalidad, al imperio de la ley, a la promoción de derechos humanos, a las Fuerzas Militares y Policía Nacional. Esto es muy diciente y revela mucho de las calidades de un aspirante al poder político que llega a construir. Estamos en una época en que quienes como partido o movimiento político intervinieron en la elaboración de la nueva Carta Política, la de 1991, quieren desconocerla buscando la forma de que la fuerza pública no cumpla las funciones constitucionales que ellos mismos le asignaron como constituyentes: el mantenimiento del orden constitucional y asegurar las condiciones para que los habitantes de Colombia convivan en paz. Las democracias auténticas tienen derecho a defenderse, dentro de los límites legales. ¿Acaso las antiguas democracias populares, durante la Guerra Fría, no apelaron al derecho de defensa?
De manera que el candidato Luis Fernando Niño López hallará en el camino eso que en el argot político colombiano se conoce como maquinarias bien aceitadas, feudos como fortalezas inexpugnables y algo de hostilidad gratuita. Tenemos la íntima convicción que el candidato Niño López es un competidor formidable que no se arredra ante la adversidad sino que ésta lo incita a continuar su camino y conquistar su objetivo: un escaño en el Senado de la República, y tenemos la plena seguridad que los nortesantandereanos estaremos bien representados por un ciudadano pulcro e inmaculado en la vida privada y el servicio público. Mi voto al Senado es por la Centro Esperanza - Partido Verde - No. 45.