Tiene poco más de dos meses de estar en Colombia, la mayor parte del tiempo en Cúcuta por obvias razones, y en esta ciudad, con mucha fluidez verbal y dicción excelente, ha hecho presentaciones públicas, dictado conferencias, publicita sus libros y con elocuencia ha concedido entrevistas a medios de comunicación, escritos y televisivos, siempre con un “acento tan bonito”, como se lo dijo la periodista Miriam Quesada en su magacín Día a Día, por Tele Elx, la televisión valenciana, allá en España. Se trata de Jane Rodríguez, como se conoce en el mundo de las letras, pero su gracia completa es Sandra Janeth Rodríguez Rodríguez.
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El sábado pasado concertamos una cita en un conocido centro comercial de la ciudad, junto con el poeta Fernando Chelle, y al cabo rato se unió al grupo don Tomas Wilches Bonilla, quien pidió de tomar, dictó cátedra sobre temas educativos con mucho fundamento y se despidió. Como en una carrera de relevos, donde un deportista entrega el testigo a quien le sucede en la misma, don Tomás le entregó ese tubo a Jane, quien hizo gala de locuacidad admirable y un cúmulo de historias personales y familiares, que no tiene ninguna dificultad en divulgarlas y que las ha trabajado literariamente. Los integrantes supérstites tuvimos la oportunidad de echar un cuarto a espadas al final de la jornada.
Esas historias de vida, de su propia vida, constituyen un “estremecedor relato con experiencias traumáticas, con sorpresas, recuerdos, nostalgia, drama, …”, como las describe una página que ofrece el primer tomo titulado ‘Las maletas de Jane’ (2016), luego complementado con ‘Vuelven las maletas de Jane’ (2018), cuyas primeras páginas son la confirmación de lo afirmado. Son historias ficcionadas con elementos reales, publicados en alicante, España. En esta misma línea encontramos su novela ‘Busco a Napoleón 5:49’, que es una segunda edición mejorada y publicada en Cúcuta en 2021. No dudo en recomendar la adquisición de estas novelas, que tienen la fuerza suficiente para que cuando se empieza su lectura difícilmente el lector puede prescindir de las mismas, porque están escritas en un lenguaje deliberadamente sencillo. El lector queda atrapado.
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Solo resta por mencionar que Jane Rodríguez es hija de padres gallegos que actualmente residen en Orense, nació en San Antonio del Táchira (Venezuela), se crió en Bochalema y muy joven emigró a España. ¿En busca de sus raíces o de sus padres, o de ambos? Lo cierto es que ha sido una guerrera, se hizo a pulso, estudió periodismo y no ha cesado de prepararse en materias conexas, como producción en televisión, su gran pasión, al igual que la escritura. Porque como bien lo afirma “No concibo la vida sin escribir, es mi forma de expresión en la que me muestro con libertad propia”.
Próximamente la fundación cultural El cinco a las cinco convocará a sus socios y público en general para escuchar a nuestra “paisana”, porque ella se presenta como colombo-española.
Fue una tarde amena con Jane y degustando repetidas tazas de café, como le gusta. ¡Qué se repita!
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