El fallo del Juzgado Primero Penal Municipal para Adolescentes fue claro en su respuesta a la tutela interpuesta por la Asociación Sindical de Institutores Nortesantandereanos (Asinort) a la Secretaría de Educación Municipal de Cúcuta: las instituciones educativas solo podrán volver a clases si cumplen con las medidas establecidas en la Resolución 777 del 02 de junio de 2021.
La determinación del despacho enfatiza que los protocolos de bioseguridad incluyen adecuación de baterías sanitarias, garantía en el suministro de agua, bebida y ventilación de espacios comunes.
¿Pero cumplen realmente las instituciones educativas de Cúcuta y su zona rural con estos requerimientos? Catorce centros de enseñanza alegaron no estar en condiciones óptimas para el retorno a la presencialidad.
Jessica Ramírez, secretaria de Educación Municipal, precisó que se contempla una inversión de 10.500 millones de pesos para las urgencias priorizadas, incluido un crédito gestionado para infraestructura educativa, dividido en varios convenios e intervenciones.
En total, serán 16 centros de enseñanza urbana y 5 rurales los que se intervendrán, que hacen referencia al primer acuerdo.
“Hay un segundo convenio que viene con 48 intervenciones, otro para aulas escolares”, afirmó la funcionaria.
La Opinión recorrió algunos de ellos para inventariar sus condiciones actuales, y aquí les contamos por qué es más que necesaria y justificada esta adecuación.
‘Nos quedamos cortos’
Pedro Julio Pezzotti Lemus, rector de la Institución Educativa San Francisco de Sales, manifestó que, en los cuatro años que han habitado la sede principal, han podido conocer que la deuda del Ministerio de Educación con la planta física es histórica, pues lleva alrededor 50 años de existencia.
“Aun así, la principal está en unas condiciones privilegiadas comparándola con las que tenemos en López. Allí las estructuras dan mucho que decir porque no tenemos los bebederos, las unidades sanitarias ni ventanales adecuados para que el aire pueda circular fácilmente”, expresó Pezzotti.
Respecto a la principal, el colegio alberga un aproximado de 1.600 estudiantes, repartidos en dos jornadas de 800 entre mañana y tarde, en un área de recreación limitada.
El directivo señaló que solo con 100 alumnos en la mañana y otros 100 en la tarde se quedarían cortos en capacidad para cumplir con la distancia exigida por la norma.
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“Estamos acondicionado poco a poco, pero es difícil, necesitamos con urgencia la colaboración de la Secretaría de Educación para tener en óptimas condiciones cada uno de los espacios requeridos”, agregó el rector.
De parte del despacho municipal, se concretó la adecuación del comedor escolar en una de las sedes del barrio Alfonso López, escuela que, durante la pandemia, fue centro de varios asaltos en los que se llevaron llaves, lavamanos, tubos, baterías sanitarias, e incluso una puerta, entre otros elementos, de los que solo quedaron los huecos de lo que alguna vez existió.
En el recorrido también se encontraron grietas profundas en algunas paredes. Una de estas, conexa a las aulas de transición.
Para que las cuatro sedes puedan regresar en óptimas condiciones, el educador redondeó una inversión mínima de 1.000 millones de pesos.
“Esperamos que haya una presencia prudente, eficaz y real de la Secretaría de Educación para que, en el momento en que se llenen los requisitos esenciales, poder iniciar con un aforo total del 5 o 10%”, puntualizó Pezzoti.
Por último, ante el fallo del juzgado, destacó que primó la justicia y que se solicitaron los requisitos de ley con los elementos necesarios para que el estudiante pueda recibir las clases dignamente.
‘Más atención a quienes dan buenos resultados’
Para el Instituto Técnico Nacional de Comercio, la prioridad fue la adecuación de baterías sanitarias en la sede primaria Escuela Piloto No. 17 República de Venezuela.
Mientras tanto, la sede principal, por tener alrededor de 80 años de construida, adelanta por su propia cuenta trabajos de reestructuración del plantel para adaptarse al aforo reglamentado de un metro por estudiante.
Dentro de los trabajos que se están llevando a cabo, se encuentra la pintura de fachadas, el acondicionamiento de ventanales, puesto que la mayoría de salones poseían aire acondicionado, y la instalación de ventiladores.
Como el aforo solo permitirá un máximo de 15 a 20 estudiantes por aula y en la institución cuentan con 2.617 Zócimo Ramírez, rector del colegio, manifestó que implementarán la alternancia ante la falta de salones suficientes.
Entérese: Así será el regreso a clases en Cúcuta.
“Teníamos unos recursos propios que nos llegan por el Sistema General de Participación, con ese dinero hicimos las obras, porque el municipio no nos ha dado ni un estímulo por ser los mejores del municipio y el departamento”, dijo Ramírez.
El directivo docente también hizo un llamado a la administración para que se mire con mayor atención a aquellos colegios que están dando resultados y académicamente hacen quedar bien al municipio.
En la mañana de ayer, la Gobernación hizo un reconocimiento al Nacional de Comercio por haber sido la segunda mejor institución del país en el 2020.
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