Enseñar es más que un trabajo, es una vocación. Esa pasión por sembrar en sus estudiantes la mejor versión de sí mismos es lo que motiva día a día a Nelson Enrique Torres a trasnochar pensando en pedagogías novedosas y madrugar con entusiasmo renovado para dar clases a la primaria del colegio Nuestra Señora de Belén.

Fue a través de la música que encontró el eslabón perfecto para mediar la enseñanza. Quienes han pasado por su aula lo recuerdan por su amplia sonrisa, actitud empática, tranquila y por tener siempre una guitarra a la mano, con la que canta mensajes que edifican y construyen humanidad.

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“Ese gusto por la música venía de mis raíces, pero fue con los años que me di cuenta de que mi verdadera habilidad era escribir canciones. Quería expresar con un mensaje escrito lo que veía, vivía, sentía y lo que le pasaba a otros”, relató.

Por medio de las canciones logró cumplir ese objetivo y, desde entonces, se ha convertido en su ejercicio diario.

La docencia, por otra parte, le hace gracia decir que llegó a su vida por accidente. “Uno no sabe para qué va a ser bueno hasta que no lo intenta”, agregó.

Durante su etapa universitaria estudió Licenciatura en Matemáticas y Computación, descubriendo en sí mismo una habilidad natural para enseñar a otros, gracias su paciencia, y, en especial, el don de mostrar las cosas de manera distinta.

“La música me auxilió, por medio de ella me di cuenta de que podía introducir un tema, que estaba seguro de que iba a quedar en la memoria de los niños, porque lo que se aprende con gusto, queda”, explicó.

Por ejemplo, ‘la familia de los números’, es una canción con la que se puede educar de manera familiar y agradable. ‘El guacamayo Jacinto’ es otra de sus composiciones, inspirada en una familia extinta de guacamayos, con la que cuenta una historia sobre la experiencia de dolor que deja el final de una especie.

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Enseñanzas éticas

Con las canciones, Torres busca que la música que consumen los más pequeños no sea solo la que en el día a día retumba en las emisoras urbanas y redes sociales, sino que sean melodías que alimenten.

“No es una inyección ni algo mandatorio. Estas canciones lo que hacen es ayudar a los más pequeños a reflexionar sobre temáticas que despiertan el sentido humano y crítico”, manifestó el docente.

Por eso mismo, aunque pudiera componer un reguetón para sus clases, cuenta que no estaría enseñando algo diferente, sino el mismo esquema que se ha normalizado.

“No estaría cambiando entonces el formato, ni mostrando que hay otras formas de hablar de los mismos temas, pero de una manera más armónica. Como dice la canción ‘la luz de las palabras’, que sea algo que ilumine y no que genere rechazo”, agregó.

Otra de sus canciones, ‘Niño’, relata que fue pensada con el propósito de derribar el paradigma del machismo con el que muchos colombianos han sido educados. En sus letras, da otros puntos de vista para que todos tengan espacio en la sociedad y se reconozca el mismo valor tanto para niños como para niñas.

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“Cuando un niño crece y dice groserías, la agente lo aplaude, pero cuando crece e insulta a otros, lo rechazan. Es una educación ambivalente, la idea es cambiar esos estigmas”.

Ha sido tal la aceptación y curiosidad de sus estudiantes por las canciones, que esperan con ansias la llegada de un nuevo mes para conocer la nueva melodía que les tiene preparada.

‘Educar el corazón’

Uno de los ideales que más firme ha mantenido a Torres en su propósito, es que no solo se debe estimular el cerebro con conocimiento, sino también ‘educar el corazón’, porque cree que sin valores, no hay educación en absoluto.

“Lo que tenemos como sociedad es el resultado de personas muy capaces que pueden ir al espacio si es preciso, pero que no son capaces de amar”, dijo con gracia.

Esa dificultad de amar al otro, respetarlo y comprenderlo, es en la que trabaja por buscar un punto de quiebre y abrir las puertas a la empatía.

Algunos estribillos de sus canciones nunca se extinguen en su propia casa, relata con una sonrisa esbozada que incluso sus hijas y su esposa, mientras se dedican a alguna actividad, de vez en cuando cantan estrofas inconscientemente.

Llegar a más niños, la meta

“Con los chicos hay muchas cosas por hacer, y en general con la humanidad, por eso es importante educar el ser”, comentó Torres.

El ejercicio de las canciones inició cuando se dedicaba a la educación privada, pero una vez llegó a las escuelas públicas, buscó la forma de fortalecer más el proyecto.

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Antes de que llegara la pandemia, inició con canciones que daban las buenas tardes y, aunque el confinamiento frenó el encuentro, siguió enviando las canciones a través de los grupos de WhatsApp y en torno a la temática hacía preguntas.

Incluso, comienza a llegar al ambiente familiar; durante las clases virtuales, los padres de familia que acompañan a sus hijos en casa suelen unirse a cantar en grupo.

“Con mi esposa, que también es educadora, tenemos motivación para masificar el proyecto en nuestras instituciones, y que estos mensajes no lleguen solo a nuestros grupos, sino que más niños se vean beneficiados”, precisó.

El profe youtuber

Las enseñanzas de Torres y sus creativas canciones no se limitan a grupos cerrados en sus clases, también las comparte en su canal de YouTube: ‘Profesor Nelson ETC’.

“Encuentran todas las canciones, con letra, que componen el álbum Nelson ETC y Los Pepegrillos, en honor a este personaje que representa a la conciencia. Los músicos que me han acompañado son otras conciencias, por eso el nombre”, dijo Torres.

De igual manera, se encuentran disponibles videos de otras temáticas como algunos paso a paso para crear un emprendimiento, talleres de ecología y enseñanzas de cortesía.

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