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Cúcuta
Los líos de la prostitución de venezolanas en Cúcuta
80 por ciento de las mujeres deportadas estarían ejerciendo la prostitución.
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Hugo González Correa
Sábado, 25 de Marzo de 2017

La prostitución, considerado uno de los  oficios más viejos del mundo, no pierde vigencia y en tiempos de crisis -justifican algunas mujeres venezolanas- ha sido la solución a sus problemas económicos. 

Las cifras hablan por sí solas. El pasado mes de  febrero, 11 venezolanas que ejercían la prostitución y estaban de manera ilegal en el país, en los alrededores del parque Mercedes Ábrego, quedaron a disposición de Migración Colombia para su proceso de deportación. Días atrás, 30 más de ellas fueron sorprendidas ilegalmente en casas de lenocinio de Ocaña. 

Mauricio Franco, secretario de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía de Cúcuta, dice que el año pasado quedaron a disposición de Migración Colombia unos 400 venezolanos, el 80 por ciento mujeres (que estarían dedicadas a la  prostitución), y este año van 180. 

Todas ellas, sorprendidas en operativos adelantados por la Policía y la Alcaldía en bares y sitios de lenocinio. Sin embargo, se escapa  una desconocida, pero importante cifra de venezolanas que trabajan por su cuenta como prepagos o buscando clientes en las calles.  

Las autoridades han detectado su presencia principalmente en el sector El Natilán de la ciudadela Juan Atalaya y la avenida séptima, en el centro de la ciudad.

“En las explicaciones rendidas por estas mujeres  dicen que el gobierno (venezolano) las llevó a tener que venirse a Colombia a vender su cuerpo. La problemática está en que después de que son sacadas del país, en cuestión de horas regresan”, señaló Mauricio Franco.

El negocio es tan lucrativo para las extranjeras que los precios, por un rato de placer, pueden empezar desde $30.000, que al cambio son 36 mil bolívares. Pero, si se multiplica por cuatro clientes diarios da un total de 144.000 bolívares, dinero en efectivo que no lograrían ni trabajando un mes completo en el país vecino.

Las mujeres proceden de San Cristóbal, Barquisimeto, Rubio, Valencia, Ureña, San Antonio, Mérida y hasta Caracas, dice un investigador de la Policía del Grupo de Turismo.

Problemas

Aunque evidentemente se ha mejorado la situación económica de las trabajadoras sexuales venezolanas, a las colombianas se les dañó el  ‘negocio’.

Una cucuteña, que trabaja en un burdel del centro de la ciudad, señala abiertamente que hasta el año pasado le iba bien en el negocio, como a sus compañeras de oficio.

“La cosa empezó a complicarse con la llegada de las venecas (venezolanas), ellas se están quedando con todo el negocio y los clientes porque ofrecen precios más bajos”, dice.

Esta situación -asegura- “no solo desespera sino que te obliga a reaccionar con violencia, para defender nuestro territorio”.

Para Mauricio Franco, a la problemática se suma el empleo de las mujeres en bares sin el lleno de los requisitos legales para su contratación y mucho menos de salud. 

“Están explotando a estas personas, pues se aprovechan de que no tienen documentación legal y les ofrecen menos dinero, sin cubrir salud, ni seguridad (…) Ello, puede traer una consecuencia grave y multas para estos sitios”, indica el funcionario.

Es por ello que cada fin de semana las autoridades mantienen los operativos en bares y casas de lenocinio en Cúcuta y su área metropolitana. Sin embargo, el trabajo resulta poco.  

“No se cuenta con una infraestructura para tener una frontera segura, no hay manera de controlarla. De 50 a 60 personas de Migración Colombia se encuentran en el puente internacional por donde diariamente pasan unas 50.000 personas y es imposible identificarlas a todas”, resalta el secretario de Seguridad.

Siguen acciones

Los cierres de algunos bares han obedecido a situaciones de salubridad, más que a la contratación de mujeres adultas extranjeras para ejercer la prostitución. En los alrededores del parque Mercedes Ábrego fueron cerrados siete de estos, donde además las autoridades detectaron un uso de suelo indebido. Es decir, algunos eran cafeterías y restaurantes, pero funcionaban como cervecerías. 

“Es por ello que debemos seguir permanentemente en los operativos, así vuelvan y se pasen el puente estas venezolanas para ejercer la prostitución. Sin embargo y en medio de todo, hay una buena noticia: este año no hemos encontrado menores de edad”, finalizó Mauricio Franco.

Por su parte, el secretario de Gobierno de Ocaña, Juan Pablo Bacca Manzano, reiteró que los operativos continuarán, pues las cifras dan cuenta de 48 venezolanas ejerciendo la prostitución de forma ilegal.

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