Cuatro árboles y veinticinco plantas de ecsora son la primera cuota del jardín que Ángel María Lobo empezó a plantar en un lote baldío de Jerónimo Uribe desde hace una semana.
Aunque la idea del jardín le rondaba desde hace dos años, la falta de recursos y de apoyo vecinal, hizo que aplazara su sueño.
Sin embargo, las ganas de embellecer su entorno y el de sus hijos hizo que acudiera a un préstamo para comprar las plantas.
Gastó alrededor de $250 mil en el primer empujón de su jardín. Compró las plantas y el abono y le pagó a un vecino para que le ayudara en la siembra. Luego acudió a los talleres vecinos de modistería en busca de retazos de tela para cercarlo.
“Este es un sueño hecho realidad, mis vecinos me felicitan y para mi esto es como traer un pedacito del campo que tuve que dejar al huirle a la violencia”, recordó el vendedor ambulante.
Desde 2001, Lobo dejó su natal Teorama y se asentó en Cúcuta.
A Jerónimo Uribe llegó hace una década.
Un sueño verde
Aunque Lobo sabe que este nuevo entorno no se compara con las decenas de árboles frutales, cayenas, dalias y girasoles, que cultivaba, su pequeño jardín le sirve para conectarse de nuevo con la naturaleza.
“Sueño con el día en que escuche los pájaros revoloteando entre estas flores como lo hacía en la finca”, dice emocionado.
Cada día Lobo se levanta temprano a regar su jardín, y su hijos Miguel ángel, Kalet, Víctor y Yilmer, le echan una mano con mangueras y baldes.
Para Lobo más que la admiración de sus vecinos su mayor recompensa es poder generar un entorno verde a su familia y embellecer la tierra que lo acogió.
“Antes de empezar a sembrar me contacté con la junta comunal y ellos me dijeron que ese lote estaba contemplado como zonas verdes por lo que no tuve problema alguno para la siembra”, explicó Lobo.
Aunque aún no ha terminado de pagar el préstamo con el que pudo darle inicio al jardín, sueña con comprar flores de chocolata para sembrarlas alrededor de las ecsoras.
Su jardín comunal tiene 15 metros de ancho por 20 metros de largo y aspira a tapizar con flores los 50 metros restantes del lote.
En el lote funcionaba una cancha de microfútbol que el mismo había construido, sin embargo, por la cercanía a una antena de energía, tuvo que tumbarla y aprovechó el espacio para sembrar.
“Cuando ya tenga el jardín listo aspiro hacerle una gruta a la Virgen del Carmen para ponerla como nuestra patrona”, explica en medio de risas.
Pasión por las plantas
La labor ambientalista que inició hace una semana Lobo en Jerónimo Uribe con su jardín comunal, en la Comuna 8, también se puede apreciar en la comuna 7 y en la ciudadela La Libertad.
En Comuneros Agustín García es el encargado de regar, plantar y cuidar las plantas del parque La Virgen. Ya sobrepasó las dos décadas en esta labor.
El parque de Claret también tiene su jardinero: Luis Pérez, quien desde hace tres años es el encargado de embellecer la parte verde del escenario.
Al otro extremo de la ciudad, en la ciudadela La Libertad la vecina Irma Contreras le cambió la cara al separador de la doble vía de Siglo XXI y Torcoroma. La mujer sacó plantas de su vivero para sembrarlas en el separador de la avenida 17.
*Jennifer K. Rincón Peña | jennifer.rincon@laopinion.com.co