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"Educación para la paz, la meta ideal": cucuteña desde Europa
Sandra Pineda de Forsberg cursa doctorado en la Universidad de Zúrich (Suiza) y está en el ánimo de contribuir a la construcción de la paz en Colombia.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Lunes, 30 de Noviembre de 2015

Cucuteña, cursó estudios secundarios en la Normal de Cúcuta. Sandra Pineda de Forsberg se apasionó por el conocimiento y buscó las universidades como respuesta a sus proyectos académicos. Vive en Suiza y cursa doctorado en la Universidad de Zúrich, en la facultad de educación. Desde allá dialogó con La Opinión.

¿Cuál es el contenido del doctorado que cursa en la Universidad de Zúrich?

El título de mi investigación es: “O él o yo” - Competencias de la negociación dentro del marco de educación para la paz. El título es una cita de lo que dijo un adolescente en Bogotá acusado de homicidio ante el juez. Cuando le preguntaron por qué mató al otro joven, él respondió: “o era él o yo”. Esta declaración ilustra las perspectivas polarizadas y enemigas que aun desde muy temprana edad influyen para que los conflictos interpersonales se manejen violentamente y en muchas ocasiones se vuelvan un caso de vida o muerte, cuando no lo son.

¿Qué hacer, irse a los golpes o negociar?

Sabemos que en la vida real negociar en un conflicto es algo complejo y es aquí donde las competencias de la negociación nos ayudan a operar el “cómo” lograrlo.

¿Cómo se siente la paz en Europa?

La Unión Europea es en sí un proyecto de paz exitoso ya que no ha habido guerra desde hace 60 años, donde el estado de derecho ha regido junto con el respeto por las libertades fundamentales. De todas maneras hay preocupación en tema de seguridad debido al terrorismo y a la llegada masiva de inmigrantes lo cual implica un gran desafío de integración que sin lugar a dudas será una prueba de fuego para todos.

¿Qué alcance le asigna a la Educación para la Paz?

Tiene como objetivo asegurar que los conflictos se resuelvan sin violencia, y es un trabajo que comprende micro y macro niveles. A un micronivel el trabajo es realizado por colegios y universidades.

También la iglesia y grupos cívicos locales contribuyen. La finalidad es que los miembros de la sociedad logren una cosmovisión vivida en valores,creencias, actitudes, motivaciones, competencias y comportamientos, que facilite la resolución de conflictos y los prepare para vivir en paz, perdón y reconciliación dentro un contexto democrático.

Para ser efectiva la educación para la paz requiere del respaldo del gobierno, la empresa privada y los medios de comunicación. Es este el macronivel. En Colombia, una muy buena noticia es que la educación para la paz ha sido reglamentada en el Decreto 1038, excelente preámbulo para el posconflicto.

La pregunta es ¿cómo define el Ministerio de Educación la educación para la paz en el contexto colombiano? ¿En la práctica, cómo se va a operar el decreto, sus objetivos y lineamientos, cuáles son los resultados mínimos esperados? Lo que no se mide no produce resultados. ¿Están los docentes en entrenados y certificados para enseñar la cátedra de educación para la paz?

¿Acierta la academia en la enseñanza sobre resolución de conflictos?

Como dice el experto mundial en temas de paz, Johan Galtung, “los estudios de la paz tratan sobre la reparación de las relaciones a todo nivel, por lo que es crucial que estos programas incluyan la teoría y la práctica”.

En Colombia, el llamado matoneo en las escuelas y colegios se ha convertido en un preocupante conflicto de violencia con graves incidencias en las relaciones entre estudiantes.

¿Cómo combatir esa situación de crisis?

Los niños que practican matoneo son altamente resistentes al cambio. La pregunta es ¿por qué se comportan así y cómo se pueden tratar? Cuando el matoneo no se trata de raíz sino a nivel de emergencia, cuando ya el niño está siendo llevado al extremo en el acoso y la violencia, y se previene con fuertes medidas disciplinarias lo cual es necesario pero no suficiente, estas medidas alivian solo momentáneamente.

Los docentes pueden tomar medidas preventivas, crear diálogos abiertos y en confianza donde los niños se sientan oídos con integridad y como personas cuyas ideas son valoradas y no son juzgados. Allí se puede descubrir la raíz de muchos problemas y conflictos con los que el niño lucha.

¿Cómo pueden influir las universidades en la construcción de la paz que se busca?

Las universidades tienen una oportunidad enorme de influir a través sus programas educativos no solo a sus estudiantes sino creando programas para otros sectores de la sociedad.

Ahora si las universidades ven la educación para la paz como una materia de relleno entonces no deben esperar ningún resultado pero si hacen la tarea creativa y profesionalmente van a lograr ejercer su gran potencial transformador.

¿Cree que el mundo puede vivir sin violencias?

No hay que confundir “lo común no es lo mismo que normal”, afirma la sicoterapeuta Adshead. En el caso de Colombia, en los últimos 60 años se ha vivido en medio de guerra, lo cual ha hecho de la violencia el común denominador. Haberse acostumbrado a la violencia es una cosa pero eso no es lo normal. Imagínese las consecuencias si en Colombia seguimos aceptando la violencia como algo normal.

Entonces será vista como algo inevitable e implicaría que las estrategias para reducirla serian equivocadas. Por ejemplo al evaluar el caso de Colombia hay que mirar tipos de violencias que son más comunes para poder crear estrategias acertadas.

Medicina Legal, en 2012, reportó que la violencia interpersonal aumenta y sigue en el primer lugar. Es así que “según las circunstancias de los hechos, el 45,2 % (70.419) de los casos correspondió a riñas, ajuste de cuentas y otros; el 14,7 % (23.002), a acciones guerrilleras, paramilitares, militares, de terrorismo, etcétera...”. La misma fuente nos informa que las comunidades que viven en nivel de pobreza son más susceptibles a este tipo de violencia, y en cuanto al género, los hombres violentan el doble más que las mujeres.

Basados en estas cifras es la prevención de violencia interpersonal la que necesita más atención. Hay que ser realistas con el tema de los reinsertados.

Ese sería otro tema de prevención de violencia donde la dósis de educación para la paz debe ser mucho más alta y el formato tener en cuenta su contexto. Aun así pienso que la mayoría de los colombianos quieren más la paz y por ello creo que la violencia es combatible.

¿Qué lugar ocupa Cùcuta en su agenda?

Cúcuta y Colombia tienen un lugar prioritario en mi agenda. Estoy dispuesta a contribuir con mi conocimiento y experiencia en la construcción de paz en la nación.

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