Aotearoa, así llama el pueblo maorí a Nueva Zelanda, país cuyo territorio ha sido siempre su hogar. A través del Tratado de Waitangi firmado el 6 de febrero de 1840 y uno de los pilares fundamentales de Nueva Zelanda, se han forjado las relaciones entre el gobierno y las comunidades nativas del país kiwi.
Este documento constitucional ha buscado escuchar las demandas de las tribus, dar soluciones, cerrar brechas y entregar recursos propios a los maoríes.
Adicionalmente, con el impulso del gobierno y el ministerio de educación se ha buscado preservar y promover las costumbres de la tribu maorí. El pueblo nativo del país kiwi cuenta con un sistema educativo compuesto por tres niveles: Kōhanga Reo, la red de guarderías; Te Kura Kaupapa Maorí, red de escuelas; y Wānanga, el nivel universitario con tres instituciones de educación superior.
Con el fin de dar a conocer esta política de país, Education New Zealand, la agencia del gobierno neozelandés a cargo de la educación internacional, cerró su serie de Kōreroreros o conversatorios virtuales con un quinto encuentro muy especial sobre la educación indígena internacional.
Este último evento, particularmente, buscó traer a Latinoamérica, de manera virtual, las mejores prácticas sobre cómo preservar los valores culturales de las comunidades indígenas, en una región donde el 8% de la población hace parte de pueblos originarios y, puntualmente, en países como Colombia donde existen más de 87 grupos nativos.
Para Tania Ka’ai, directora del Instituto de Idiomas Te Ipukarea, Te Ara Auaha, Facultad de Diseño y Tecnologías Creativas de Auckland University of Technology, y quien participó como panelista del evento, lograr una verdadera integración cultural ha sido un trabajo de varios años, que debe continuar.
“Recuperar el lenguaje y preservar la cultura maorí es lo que venimos realizando desde hace 30 o 35 años, promoviendo políticas públicas y ahora en la academia. Hoy tenemos diccionarios, documentos, estudiantes nativos que desarrollan sus ensayos y tesis de postgrado y hasta aplicaciones en maorí”, agregó.
Pretendiendo un intercambio multicultural más amplio, el sistema educativo maorí comparte los objetivos del neozelandés, los cuales buscan formar profesionales con capacidades y conocimientos que les permitan desenvolverse en el mercado laboral actual y futuro.
Por ejemplo, Natalie Lulia, Líder del proyecto CAPE empresarial maorí de la University of Waikato, explica que la nueva generación de líderes maoríes se están formando con habilidades de mantener relaciones más significativas y auténticas, donde el valor de la palabra en los negocios es fundamental.
En este proceso, la tecnología ha jugado un papel importante pues ha sido un canal de comunicación y conexión entre las comunidades, las familias, la sociedad y la población a lo largo del territorio kiwi. “Nuestra misión ha sido desarrollar y crear aplicaciones que eduquen y transformen, y que enseñen el valor cultural y personal de la cultura maorí”, dijo Duane Grace, CEO de EDU systems, una empresa indígena de EdTech fundada en Aotearoa, Nueva Zelanda.
De la mano de académicos, artistas y entidades como Education New Zealand, estos conocimientos y habilidades de rescatar los valores de las comunidades indígenas están llegando a Latinoamérica. En el caso de Chile, la Dra. Moira Fortin, profesora de Idiomas y Culturas de University of Otago, ha sido testigo de cómo estas enseñanzas han llegado a sociedades nativas de ese país.
Las comunidades indígenas son la representación de los primeros pobladores de diferentes territorios alrededor del mundo y las cuales mantienen historias, tradiciones y prácticas ancestrales. Rescatar, valorar y aprender de ellas, es enriquecedor para las sociedades actuales y su desarrollo.
Con información de Milenium Group
