Hablar del Banco de la República es referirnos a la importancia del dinero desde que se creó este activo fundamental para la actividad económica y el crecimiento. Nos debemos remontar a como el intercambio y así el bienestar de la humanidad se incrementó a raíz de la creación de formas rudimentarias de dinero como las perlas, las cabezas de ganado, pasando por los lingotes de plata y oro y llegando, por allá en asomo del segundo milenio después de Cristo, a la creación de los bancos comerciales y, con éstos, del “papel moneda.”

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Igualmente, es hablar de como una cantidad excesiva de dinero genera un fenómeno indeseado llamado inflación que vivió permanentemente Europa desde el descubrimiento de América, Estados Unidos en el siglo XIX y nuestra patria a partir de 1885. Es hablar de la razón por la cual  el estado debe controlar la tasa de interés, la tasa de cambio, las reservas internacionales que incentivan o desincentivan el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad. Todos, temas apasionantes.

La entrada en funcionamiento del Banco de la República aprobada por la ley 25 de 1923, proyectada  inicialmente para enero 1 de 1924, se anticipó para el 23 de julio de 1923, porque en este mes se genera una crisis en el Banco López en Bogotá que presagiaba un pánico bancario de incalculables efectos negativos.

Desde el año de su creación nuestro banco central ha tenido la función principal de ser el emisor del dinero que el estado colombiano determina como de curso legal o forzoso, es decir de aceptación obligatoria como medio de pago en todas las transacciones dentro del país. La cantidad de dinero emitida ha sido siempre la que requiere la economía para funcionar adecuadamente sin generar crecimiento injustificado de precios. Como función adicional  lógica,  debe controlar la tasa interés, variable  fundamental en la economía porque de la misma depende en buena parte la inversión y el consumo de los hogares que son determinantes para la estabilidad y el crecimiento económico. Una tasa de interés alta desincentiva el crecimiento y una baja lo induce,  pero con el peligro de generar desestabilización  económica al generarse inflación que a la larga se convierte en una limitante a ese crecimiento.

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El dinero que circula en la economía se clasifica en dinero primario y secundario. El primario, llamado igualmente base monetaria, es el que crea el Banco de la República en ejecución de sus funciones de comprar las divisas que se convierten en reservas internacionales, de ser el prestamista de última instancia de los intermediarios financieros y de ser el prestamista del gobierno nacional central. El dinero secundario es creado por los intermediarios financieros o “banca comercial” porque reciben dinero de sus clientes y lo pueden prestar nuevamente y en forma repetida.

Para lograr un nivel adecuado de dinero, el Banco de la República ha utilizado los llamados instrumentos de control monetario: las operaciones de mercado abierto- OMAS, que es la emisión de títulos de deuda por parte del banco central tiene como objetivo el  dinero primario; el encaje legal al determinar que parte del dinero captado del público por los intermediarios financieros debe  “congelarse” en el banco central y así limitar su capacidad de nuevos préstamos, permite controlar el dinero secundario. También ha sido instrumento de control la operación de redescuento, no utilizada en los últimos 30 años. Toda la  emisión, control de la cantidad de dinero y de la tasa de interés la hace el banco central en su función de creación y ejecución de la política monetaria.

Primer edificio del Banco de la República en Cúcuta, inaugurado en diciembre de 1931.
Foto ARCHIVO La Opinión 

Así como un banco central es el encargado de controlar los medios de pago  al interior del país, también se le encomendó controlar los medios de pago a nivel internacional que entran y salen del país: son las divisas que circulan en la economía nacional; efectivamente, debe controlar la compra y venta de las divisas y el valor del peso colombiano con respecto a éstas; es decir, tiene la función de determinar o controlar la tasa de cambio. Igualmente, para que el país posea en todo momento medios de pagos internacionales, debe mantener un “stock” de divisas o reservas que hagan posible un nivel óptimo de relaciones económicas con el resto del mundo, sean estas comerciales (exportaciones e importaciones de bienes y servicios ) y financieras (empréstitos e inversión de capitales internacionales). Ambos funciones son cumplidas  como creador y ejecutor de la política cambiaria, llamada así porque es la aplicada al mercado en el cual  se “cambia” el peso colombiano por otras monedas del mundo.

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Por último, como el sistema financiero y especialmente los intermediarios son fundamentales para la estabilidad y el crecimiento económico, nuestro banco central debe velar por el normal y correcto funcionamiento de estas entidades  que captan dinero y lo entregan en préstamo; lo hace como creador y ejecutor de la política crediticia y especialmente al ser el prestamista de última instancia de  éstas.

Todas estas funciones y la de ser prestamista y agente fiscal del gobierno nacional que empezaron al amparo de la ley 25 de 1923, son establecidas hoy por los artículos 371 a 373 de la Constitución Política de 1991, reglamentadas en la ley 31 de 1992 y ésta por el Decreto 2520 de 1993.

Hoy celebramos el primer centenario del funcionamiento de nuestro banco central, entidad que ha sido un ejemplo de organización y que ha cumplido exitosamente las funciones que le han ido asignando. Es una gran institución pública en donde hemos laborado, durante estos 100 años, muchos colombianos que sabiendo la gran responsabilidad de la entidad, tratamos de dejar lo mejor de nuestras capacidades.

Los episodios más importantes de las decisiones de nuestro banco central serán expuestos ampliamente en un acto académico que se realizará pasado mañana martes 25 a partir de las 8:30 a.m.  en el auditorio del área cultural del Banco de la República en Cúcuta, en donde esperamos con gusto a los profesores y estudiantes de las ciencias económicas, administrativas y contables y a todos los  interesados en este apasionante tema de la banca central. Inscripciones en asopenbrecucuta@gmail.com.

Redacción
Gustavo García Flórez

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