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Desafiante flotilla de exiliados cubanos iluminó el cielo frente a La Habana
~Con las luces de La Habana parpadeando a lo lejos, un petardo se eleva por los aires y explota en colores, iluminando el cielo nocturno sobre el mar: la desafiante flotilla con exiliados cubanos comienza su ceremonia a 22  kilómetros de la capital cubana.~
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Sábado, 19 de Julio de 2014
~Con las luces de La Habana parpadeando a lo lejos, un petardo se eleva por los aires y explota en colores, iluminando el cielo nocturno sobre el mar: la desafiante flotilla con exiliados cubanos comienza su ceremonia a 22  kilómetros de la capital cubana.~ Con las luces de La Habana parpadeando a lo lejos, un petardo se eleva por los aires y explota en colores, iluminando el cielo nocturno sobre el mar: la desafiante flotilla con exiliados cubanos comienza su ceremonia a 22  kilómetros de la capital cubana.

“Que lancen la primera luz de libertad frente a Cuba”, había decretado segundos antes Ramón Saúl Sánchez, presidente del grupo anticastrista de Miami Movimiento Democracia, veterano de este tipo de expediciones para protestar contra el gobierno castrista.

Sánchez comanda el “Democracia”, un modesto barco de pesca reconvertido en el “símbolo” de la flotilla, compuesta en esta ocasión de tres embarcaciones que zarparon de Cayo Hueso, Florida (sureste de EEUU), la tarde del sábado para navegar siete horas hasta el borde de las aguas territoriales  cubanas frente a La Habana.
       
“37 tumbas de coral”

Los exiliados conmemoran el hundimiento  veinte años atrás de un remolcador que transportaba a 68 personas que huían de la isla, pero que fue interceptado por otras barcos que lo atacaron con violentos chorros de agua a presión, y terminó en el fondo del mar, muriendo 37 personas, entre ellas diez  niños.“Este es el cementerio de ellos”, dice  Jorge García, pensativo, con la vista puesta en el mar. “37 tumbas de coral”. El exiliado cubano, de 69 años, que perdió a 14 familiares en el hundimiento del “13 de marzo” es una de las 25 personas que viajan con la flotilla, entre ellas expresos políticos y activistas anticastristas, la mayor parte entre 60 y 70 años de edad.

La tempestad casi arruina la fiesta. Lluvias y vientos mecieron a la flotilla en sus últimas tres horas de travesía antes de llegar a su destino, y justo cuando parecía que el clima jugaría una mala pasada, el cielo se despejó, una luna llena gigantesca apareció en el horizonte, posibilitando el espectáculo de  los fuegos artificiales.

“Hermano, este sí que tronó fuerte”, dice una de las personas a bordo. “¡Abajo Fidel!”, grita otra.La idea es que las “luces de la libertad”, como los llaman los anticastristas, sean vistas en La Habana, desde donde se han observado en anteriores ocasiones.   Toda la ceremonia ocurre bajo la estricta vigilancia de un patrullero de la guardia costera estadounidense, que se comunica con el “Democracia” para recordarle que tiene prohibido ingresar a aguas territoriales cubanas.   En otras oportunidades, la flotilla cruzó la línea. Esta vez los organizadores reiteran que vienen en paz. Así que retroceden cuando escuchan la advertencia por radio de la guardia costera: “Están acercándose a aguas territoriales cubanas”.

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