Cúcuta sigue como la ciudad con la mayor tasa de informalidad laboral del país, ubicándose en el trimestre mayo-julio de 2016 en 66,8%.
Sin embargo, en el último año la informalidad ha disminuido 3,3 puntos porcentuales, con respecto al año pasado cuando la tasa se ubicó en 70,1%.
De acuerdo con el estudio del mercado laboral del Dane, el número de personas con empleo informal -aquellas que no tienen las prestaciones sociales que exige la ley- fue de 235.638 para el trimestre mayo-julio de este año, una cifra inferior a la obtenida en igual periodo de 2015, cuando se registraron 249.112 contratados bajo esta modalidad.
Por otro lado, el empleo formal registró una leve mejoría con 10.796 personas más contratadas legalmente, para llegar a un total de 116.53 personas que conforman la mano de obra formalizada.
Para el economista y docente de la universidad Libre, Mario Zambrano, la campaña y la socialización sobre la importancia de la formalización que ha desarrollado el Ministerio del Trabajo en los últimos meses en Cúcuta, podría estar generando un leve impacto en este indicador.
“Desde el año pasado con las Cajas de Compensación Familiar, el Sena y las bolsas de empleo, se está haciendo una campaña con los empresarios sobre la importancia de la formalización laboral. Sin embargo, habría que evaluar el resultado de esta política a largo plazo, porque el tema de formalización laboral tiene que ver con el Estado, pero también con los beneficios sociales que ofrecen los empresarios a los empleados y en ese sentido hay un trabajo fuerte que hacer”, precisó Zambrano.
En el podio de la informalidad a Cúcuta le siguen Sincelejo (64,9%), y Florencia (64,0%).
Y las que tienen menor informalidad son: Bogotá (42,5%), Medellín (43,1%), y Tunja (43,6%).
En las ciudades en donde hay menor informalidad es en donde existe un tejido empresarial más fuerte, un nivel mayor de industrialización y especialización en la mano de obra. En estas concentraciones urbanas hay mayor demanda de mano de obra y contratación con mayores beneficios
Mientras que las ciudades con mayor informalidad se caracterizan por tener un tejido empresarial muy débil y es esta es precisamente uno de los principales causantes de la situación actual de Cúcuta , precisó Zambrano.
Sobre las expectativas de que el mercado laboral pueda mejorar en la capital nortesantandereana a largo plazo, el economista Mauricio Escobar, docente de la Universidad del Rosario, indicó que dada las expectativas sobre el proceso de paz, las cifras económicas de la región y del país puede mejorar, ya que se espera una mayor inversión, y posiblemente el tejido empresarial se puede expandir, generando mejores indicadores a nivel laboral.