Después de los vehículos automotores, se dice que los equipos de transporte vertical (como los ascensores y las escaleras eléctricas) son los medios de transporte más usados por una persona en su vida cotidiana.
Tal es el volumen de personas que movilizan diariamente los ascensores, que el desgaste de sus componentes siempre debe ser considerado como un factor de riesgo por administradores o propietarios.
Las fallas en el sistema de puertas debido a su constante movimiento, desgaste en cables de tracción, fluctuaciones eléctricas o daños por la mala manipulación por parte de terceros no capacitados son los problemas más comunes que suelen presentar estos equipos.
Por tanto, es necesario emprender todos los esfuerzos necesarios para evitar fallas mecánicas que pongan en riesgo la integridad y la vida de sus usuarios o, en casos menos graves, saquen de operación al equipo durante un largo tiempo.
La norma que establece y regula los parámetros de seguridad que deben cumplir los elevadores es la NTC 5926-1 (para ascensores) y la NTC 5926-2 (para escaleras eléctricas). Dicha legislación indica, además, que estos equipos deben estar sujetos a revisiones e inspecciones periódicas por parte de especialistas.
Mantenimiento, inversión que no da espera
Según Rafael Martínez, CEO de PH Holdings y MUSCA LATAM, firmas experta en mantenimiento e Internet de las cosas (IoT) aplicada a equipos de transporte vertical, es ideal que el mantenimiento de un ascensor tenga lugar cada mes.
“Sin embargo, se deben tener en cuenta algunas variables que pueden cambiar esta frecuencia, como lo son: horas de uso, condiciones de fábrica, condiciones de los equipos, características de la copropiedad y exposición ambiental. Esto garantiza no solo el correcto funcionamiento del elevador, sino también seguridad para los usuarios”.
Durante estas inspecciones, personal capacitado realiza un diagnóstico total del equipo, privilegiando el correcto funcionamiento del sistema de seguridad del ascensor, así como el buen estado de sus componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos, puertas, cables de tracción, entre otros.
“Los principales responsables del mantenimiento son los administradores y/o propietarios de los elevadores, quienes deben contratar este servicio con empresas que cuenten con la capacidad, experiencia, herramientas y personas competentes para el desarrollo de estas actividades. También es importante sensibilizar a los usuarios sobre la importancia del buen uso de los equipos de transporte vertical”, acotó Rafael Martínez.
Predecir y prevenir
El enfoque predictivo de sus tecnologías, el adagio “más vale prevenir que lamentar” ha adquirido una nueva importancia en materia de transporte vertical.
La solución Intelligence, basada en el Internet de las Cosas (IoT), está programada para detectar fallas en un ascensor y hacer análisis que permita resolver problemas sin la actuación de un técnico. Se trata de un sistema de Inteligencia Artificial (IA) que registra en tiempo real cuántas veces se abren o se cierran las puertas del elevador y cuántos viajes realiza, además de hacer mediciones de fluctuaciones de voltaje y etapas de potencia.
En cualquier caso, Intelligence va más allá de proporcionar una visión total de las condiciones de un elevador, dado que puede medir la vida útil de un contactor (los interruptores de apertura y cierre de corriente en un circuito eléctrico) e, incluso, notificar cuándo deben realizarse cambios de aceite.
Y, lo que es más importante, esta solución está en la capacidad de emitir dobles alertas cuando un ascensor queda inoperativo o fuera de servicio y hay una persona dentro.
En palabras del CEO de PH Holdings, “el mantenimiento preventivo, como su nombre deja entrever, está diseñado para prevenir las fallas en equipos de transporte vertical. Sin embargo, la industria ha tenido una evolución lenta en la implementación de tecnologías que ayuden no solo a prevenir, sino a predecir cuándo fallará un equipo; evitando accidentes, sobrecostos para los clientes e, inclusive, salvando vidas. Intelligence brinda estas bondades”.
Camino por recorrer
Aunque la normativa existente es clara respecto a los parámetros que se deben seguir para garantizar el adecuado funcionamiento de un elevador, esta es de voluntario cumplimiento (exceptuando a ciudades como Bogotá y Barranquilla, donde es obligatoria).
Y, a pesar de que sucesos trágicos que involucran ascensores se conocen todos los días, existen individuos que -sin la debida preparación y capacitación- realizan mantenimiento a ascensores por un bajo costo, lo que expone la vida de los usuarios.
Ante esta situación, Rafael Martínez afirmó que “deben existir entes reguladores que certifiquen que el mantenimiento de ascensores es realizado por empresas con personal capacitado, con la suficiente experiencia y conocimiento de las labores”.
Existen normas como la ISO 9001-2015, que permiten brindar a los usuarios implementar un Sistema de Gestión de Calidad con una rutina especial en manos de técnicos expertos, para así garantizar un servicio de mantenimiento óptimo para el uso de sistemas de transporte vertical.
“Adicional a la normatividad, es necesario que el sector de la propiedad horizontal transcienda, explore e incorpore nuevas tecnologías que les permita ir un paso más allá en la seguridad y el confort de los usuarios finales”, puntualizó el presidente de PH Holdings.
Con información de PH Holdings