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“El boxeo es una obra social en el tolima”: Raúl Ernesto Ortiz
~ El sueño de Raúl Ernesto Ortiz, un ex boxeador y campeón juvenil de boxeo por dos años consecutivos, es que a través de este deporte los jóvenes del Tolima puedan encontrar mejores oportunidades de vida, y salir del abandono en el cual se encuentran.~
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Miércoles, 18 de Junio de 2014
~El sueño de Raúl Ernesto Ortiz, un ex boxeador y campeón juvenil de boxeo por dos años consecutivos, es que a través de este deporte los jóvenes del Tolima puedan encontrar mejores oportunidades de vida, y salir del abandono en el cual se encuentran.~  El sueño de Raúl Ernesto Ortiz, un ex boxeador y campeón juvenil de boxeo por dos años consecutivos, es que a través de este deporte los jóvenes del Tolima puedan encontrar mejores oportunidades de vida, y salir del abandono en el cual se encuentran. Foto Colprensa.
El sueño de Raúl Ernesto Ortiz, un ex boxeador y campeón juvenil de boxeo por dos años consecutivos, es que a través de este deporte los jóvenes del Tolima puedan encontrar mejores oportunidades de vida, y salir del abandono en el cual se encuentran.

Ortiz, oriundo de Ibagué de una familia humilde del barrio Galarza, inició en el boxeo a la edad de 7 años cuando entrenaba con su padre, Ernesto Ortiz. Fue gracias a él que consiguió en los años 1992 y 1993 ser campeón júnior de boxeo en Bucaramanga y Pereira a la edad de 16 años.

Sin embargo, a pesar de que se destacó en este deporte, muy popular en la costa caribe colombiana, vio su sueño frustrado en 1997, cuando luego de ser convocado a una preselección Colombia, no obtuvo apoyo, ya que los boxeadores de la costa se llevaban las mejores plazas.

Con 22 años y luego de su temprano retiro del boxeo, en el año 2000 se graduó como licenciado en educación física de la Universidad del Tolima. “A la par del estudio practicaba el boxeo, trabajaba cuidando carros y vendiendo mercancía”, cuenta Raúl.

El boxeo fue, es y será una de sus mayores pasiones. Es hincha del Tolima, con quien sufre algunas penas y celebra en las victorias, pero aún así, la herencia de su padre es su mayor tesoro.

“Me enamoró este deporte por la parte física, los valores que da, por la labor social que se puede hacer como entrenador, donde podemos brindar oportunidades a la juventud abandonada para que sean mejores personas y salgan adelante”, expresa.

Tras haber aprendido sus primeros funciones como monitor y como entrenador, tomó la decisión de dedicarse a preparar jóvenes desde los 8 años de edad para hacerlos campeones nacionales de boxeo.

Pero su tarea no era fácil. En un garaje de una pequeña casa en el barrio Galarza, con muy pocos implementos para la práctica del boxeo, entrenó algunos deportistas que hoy son reconocidos a nivel nacional, y que han sobresalido por encima de los boxeadores costeños.

“Para nosotros era difícil competir, no solo por el poco apoyo, sino por el poco entrenamiento. Cuando íbamos a competir, los demás boxeadores querían ir contra Tolima, porque sabían que era un paso fácil”, dice.

“A pesar de que no éramos fuertes en este deporte, yo siempre me esforcé como boxeador y llegué a destacarme ante los deportistas de la costa. Eso me motivó a capacitarme para entrenar a jóvenes tolimenses y que el boxeo se convirtiera en un deporte fuerte con campeones nacionales y en el exterior”, agrega.

Su labor social con sus muchachos fue más allá de ser su entrenador. Dice que algunos de ellos llegaban sin desayunar, sin zapatos y muchas veces de su bolsillo y con ayuda de otras personas les daba ropa y les conseguían becas de estudio.

“Fue una situación difícil. Trabajamos en mejorar su comportamiento, su forma de hablar, que dejaran los vicios. Ellos venían de barrios muy pesados y el trabajo así fue muy duro. Sin embargo era una labor que me gustaba porque ellos respondían a esas expectativas”, explica.

Así llegó a trabajar por más de un año (1999-2000) haciendo pasantía en la Liga de Boxeo del Tolima sin recibir algún dinero a cambio, y ese esfuerzo se vio recompensado cuando en el 2001 lo nombraron monitor de boxeo en la Liga, desde donde empezaron a llegar los campeonatos y los trofeos para su departamento.

Luego empezó el proceso con Óscar Escandón, quien gracias a Ortiz es hoy en día uno de los boxeadores más reconocidos del país, al haber clasificado a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y ostentar más de 22 peleas ganadas.

De esta manera y con la “motivación por lo que conseguíamos para que estos muchachos pudieran entrenar”, es que Raúl Ortíz se convirtió en el entrenador del Tolima, arrebatándole títulos de boxeo a los deportistas de la costa atlántica, clasificando boxeadores a competencias internacionales y dando un paso enorme en el deporte de género.

Le apostó también al boxeo femenino, con el cual logró actualmente clasificar a Ingrit Valencia a los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se disputarán en noviembre en Veracruz, México.



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