Marcos Pueyrredon, presidente del E-Commerce Institute, dijo a la revista especializada Forbes, a mediados de 2020, cuando el mundo yacía paralizado por la pandemia COVID-19, que el comercio electrónico sí o sí era de necesaria implementación: “No nos quedó de otra”, comentó.
Y en efecto, el comercio electrónico se convirtió en una herramienta ideal de uso mercantil, con la cual la humanidad pudo sostenerse en los momentos más difíciles del confinamiento. Sirvió para que las personas compraran sin salir de casa, pero también permitió el nacimiento de pequeños emprendimientos y un crecimiento exponencial de compañías, algunas nuevas y otras preexistentes.
Marcas como Versace, Armani, Prada o Gucci, hacen presumir a los italianos de tener el mercado más grande de artículos de lujo de Europa, mientras que España fue la economía con mayor crecimiento en comercio electrónico en el continente. Las ventas electrónicas en países como Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y China, entre otros, incrementaron a un ritmo vertiginoso, misma línea en que se mantienen los países latinoamericanos, a pesar de que solo el 11% de la población hace compras en línea, mientras que el promedio mundial es del 24%, según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE).
Por su parte, Colombia tuvo un comportamiento de crecimiento del comercio electrónico del 63% para 2020 y en las noticias se exaltó con orgullo la aparición en la revista Forbes el emprendimiento de David Vélez, el colombiano creador del banco digital más grande del mundo, quien ingresó a la lista del segundo colombiano más rico con su banco Nubank (Brasil), lo que supone que en el país se comienzan a superar los paradigmas de los negocios digitales.
No obstante, ¿qué hace que muchos colombianos aún teman trasladarse al comercio electrónico? La pregunta se la hicieron las profesoras de la Universidad Simón Bolívar Ana Emilce Contreras, directora del programa académico de Contaduría Pública y Neyda Albornoz, profesora de la Facultad de Administración y Negocios e investigadora del Grupo de Investigación Altos Estudios de Frontera (ALEF), quienes plantearon que si bien existen razones que llevan a que las personas emprendan en el comercio electrónico, no es menos cierto que se muevan por causas externas y, en ese contexto, surgió la investigación titulada Factores Motivacionales para el Emprendimiento en el Gobierno Electrónico de Colombia.