“Para que lo trajeron acá”, “él sabía que si venía por acá lo podían matar”, “por qué no lo defendieron”, “no hubieran permitido que lo mataran”, era lo que repetían una y otra vez algunos amigos y familiares de Cristian Gerardo Guate Sandoval, al verlo tendido en el suelo, sin vida.
Rabia e impotencia sentían los allegados de este hombre que fue asesinado la noche del martes, en la Plaza de Banderas, cuando se encontraba reunido y hablando con unos amigos.
Y es que Guate Sandoval no pensó que sus presuntas andanzas delictivas serían lo que provocaría su homicidio, por eso andaba tan tranquilamente en esa noche en las afueras del estadio General Santander.
Según las autoridades, Cristian Gerardo llevaba poco de haber salido de la cárcel, donde estuvo por un hurto y porte ilegal.
El ataque a bala
Con pocas semanas de haber salido de la cárcel, Cristian Guate decidió ir a reunirse con unos amigos a la Plaza de Banderas, pero cuando el reloj marcó que eran las 8:30 de la noche, del martes, un pistolero llegó en una moto.
El hombre al ver a su víctima, se bajó rápidamente de la motocicleta, sacó una pistola y comenzó a disparar, cuando vio que Guate Sandoval cayó muerto al piso, el sicario regresó al vehículo e intentó huir, pero no pudo hacerlo.
La moto presentó una falla y el pistolero tuvo que salir corriendo por la avenida 3, hasta llegar al Canal Bogotá y perderse entre la oscuridad y la soledad de esa zona.
Un escape aparatoso
El asesino, también dejó tirada la pistola, pues entre los nervios y el afán por escapar, la moto no le funcionó y tuvo que abandonar todo para evitar ser capturado por la Policía y que las personas que estaban con Cristian Gerardo tampoco lo fueran a detener.
Minutos más tarde las autoridades arribaron al lugar con la intención de auxiliar a la víctima, pero ya había fallecido, mientras sus amigos rodearon el cadáver.
La Policía luego de escuchar la versión de los hechos, incautó la motocicleta de color negro marca Susuki, de placa FCA-13F, para sacarle huellas dactilares y así identificar al pistolero; el arma de fuego y 6 cartuchos, que estaban esparcidos por toda la escena del crimen, también fueron recogidos por los peritos forenses para ser sometidos a estudios balísticos.
Debido a tener poco tiempo de salir de la cárcel y de ser asesinado de esa manera, las autoridades manejan la hipótesis que el crimen se dio por un ajuste de cuentas.
Peligro constante
Habitante de los alrededores del estadio, hoy, se encuentran asustados por lo sucedido, pues aseguraron que la Plaza de Banderas, por las noches, se volvió en un peligro, porque quien pase por ahí con un celular en la mano, es atracado.
Por eso, la noche del martes, no los sorprendió la trágica noticia del asesinato, porque los hurtos y el consumo de drogas son constantes y las autoridades no hacen algo para frenar esa problemática.
“Es una lástima la verdad, perder una vida es siempre una tragedia, pero es que en la noche uno no puede ni salir, los robos, el consumo de drogas y los habitantes de calle que transitan por el lugar, dan demasiada inseguridad”, expresó un vecino.
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